ABC cultural / ARTE
Hacia la gran feria global
Basel –que celebra estos días su 42 edición– salta a Hong Kong; Frieze lo hace a Nueva York y crea además una franquicia de arte moderno; PINTA triunfa en Londres... La deslocalización de las ferias a debate
javier díaz-guardiola
« ¡Es una locura! –exclama Helga de Alvear –. Esto va a explotar . Hasta nosotros hemos dejado de ser galerías para convertirnos en grandes tiendas de arte. Si te fijas en Gagosian o , son negocios con 30 o 40 ... empleados. Todo se hace a lo grande, cuando lo capital es tener los mejores artistas y las mejores obras, no obsesionarse con vender». Esta es su respuesta cuando se le interroga sobre la tendencia actual de las principales ferias internacionales de arte contemporáneo de abrir sucursales en diferentes puntos del planeta .
Reacción en cadena
Y es que en pocas semanas se han sucedido los comunicados al respecto. Primero era Basel –que celebra estos días su 42 edición y que en diciembre cumple diez años en Miami– la que anunciaba la adquisición del 60 por ciento de la feria de Hong Kong . Poco después, Frieze echaba otro pulso y reconocía que preparaba cita para 2012 en Nueva York y un salón alternativo en Londres especializado en arte moderno . PINTA se reparte entre la Gran Manzana y la capital británica, y la pasada semana organizaba allí su segunda convocatoria con éxito. Por su parte, para otoño, MMPI, el emporio al que pertence Armory –en el que se integran Art Chicago y la feria de Toronto– probará suerte en Los Ángeles , en un intento por crear una gran red de citas en Norteamérica.
«No es nada nuevo –remarca Pedro Maisterra, de la galería Maisterra-Valbuena , que nos recuerda el caso de Colonia y su salto a Mallorca–. Llevan años proliferando ferias porque son un negocio . A ellas les corresponde hacerte creer que son las mejores. En tiempos de crisis, la solución de una galería es salir de casa, y no todas las firmas pueden estar en las grandes. De eso se aprovechan las secundarias. Pero no hay más que ver lo volátiles que son sus listas de participantes . Muchas ferias, de hecho, no superan los seis o siete años». Para los responsables de Espacio Mínimo , estas son «tentativas lógicas» : «Tras la consolidación de una feria, puede pensarse que lo normal es la diversificación de su marca. Basel salta a Hong Kong porque allí hay un gran mercado . Y Frieze se aprovecha de la debilidad de Armory y del deseo de crear una verdadera buena feria norteamericana . Basel-Miami está orientada al coleccionista latino, y Armory responde a una macro-empresa que funciona con sus filiales como oficina de colocación».
«Marc Spiegler no es un dios»
Toca entonces sondear el mercado: «El europeo no da más de sí –señala Silvia Dauder, propietaria de ProjecteSD , una de las firmas españolas, con sede en Barcelona, con más proyección–. Aumentan las macroferias, aunque su ritmo es inhumano y es imposible seguirlas a todas. Pero probablemente estos proyectos nacen también de esa sensación de que es necesario hacer cosas nuevas, solo que a otra escala». De Alvear, que ha optado por hacer solo tres ferias anuales (Basel, Frieze y Miami), admite que tanta cita duplicada da una falsa idea sobre el verdadero escenario : «Todo responde a un deseo de hacer la mejor feria del mundo, sin darse cuenta de que pronto puede haber uno más listo que tú. Marc Spiegler no es un dios. Keller era mucho mejor . Pero como el anterior llegó a Miami, este tiene que ir a China. ¿Y a qué tiene que ir Frieze a Nueva York? ¡Claro que hay que hacer cosas nuevas, pero no dando tumbos y perdiendo tiempo y dinero!».
Lo cierto es que hay una inflación de ferias, y las posibilidades de maniobra de las galerías son limitadas. Las marcas, ¿son garantía de éxito? Marta Cervera , que suele acudir a ARCO, NADA y Hong Kong, no lo ve así: « Las galerías son fieles a las ferias que funcionan . El nombre Basel te orienta sobre el tipo de feria que puede ser Hong Kong en el futuro y te garantiza que moverá a su gente, pero nada más». En Espacio Mínimo se posicionan en la misma línea: «Nada es garantía de nada. Shanghai empezó muy fuerte en China y no salió . Y los chinos son muy suyos. Basel no lo tendrá fácil». De opinión contraria es Maisterra: «La marca da seguridad. Si Basel se mueve a Asia, por algo es».
No todo son alegrías
Y en este baile de nombres, no todo son alegrías. También ha habido bajas. Art Forum Berlín , tras quince años, ha anunciado que este otoño no volverá a celebrarse. Le ganó la partida la joven feria ABC. Otros nombres están en la cuerda floja : «Armory lleva años tocada y lo de Frieze no beneficiará. Pero también lo estaba FIAC y ahora está entre las mejores», recuerda Maisterra. «Lo que Jennifer Flay hizo en París –agrega Cervera– fue apostar por los maestros . El arte más consolidado es más caro, lo que atrae a coleccionistas con dinero, que a su vez llama a galerías de nivel». Para Dauder, Artissima , en Turín, es «fresca, agradable y bien comisariada» , pero «su mercado ha tocado techo».
La pregunta es obligada: ¿En qué lugar queda ARCO , que ahora no solo tiene que luchar contra las grandes, sino también contra sus sucursales? Aquí hay tantas respuestas como encuestados: «Siempre lucharé por ARCO –sentencia Helga– como lo hice durante diez años por Berlín. Hemos creado escuela de coleccionistas , los mismos a los que ahora animo a ir a Basel, a Miami o a donde sea». «Tanto movimiento no tiene por qué afectar a la cita española –razona Maisterra–. Se puede crear todavía mercado, y tal vez la solución sea mirar a Latinoamerica ». Para Cervera, querer ser solo una feria de arte contemporáneo es un riesgo: «Eso fue lo que perjudicó a París, a Colonia y hasta a Frieze, que ahora anuncia una segunda cita de arte moderno. Y es una vía por la que en determinado momento apostó ARCO. Además a nosotros nos toca cuidar a nuestros clásicos para que la gente confíe en nuestros artistas emergentes ». Desde Espacio Mínimo se apunta que «su gran infraestructura es también un arma de doble filo, en un ámbito en el que hay que moverse deprisa »: Cierra la ronda Dauder, en cuya ciudad, los estamentos políticos se plantean otra gran feria («No participaría porque creo que no beneficiaría a nadie. En Barcelona no hay un coleccionismo potencial, y hay otras maneras de ayudar al sector», puntualiza): «Cualquier movimiento es una excusa para ARCO. La feria se quedará en el mismo lugar . Porque no es que unas ferias compitan con otras, sino que todas lo hacen con todas. ARCO, además, cuenta con una baza buenísima y es que queda en un periodo del calendario en el que no hay mucha competencia ».
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