Lori Meyers: «El rock & roll no debe ser purista»

«Llevábamos cinco o seis años casi sin parar. Cuando volvimos a casa ya no teníamos ni novia ni nada y decidimos que era el momento de encerrarse a trabajar en un nuevo disco», resume el vocalista. Para ello optaron por un cortijo a las afueras de Alomartes, un pueblecito de Granada. «Buscábamos algo diferente. Era un hotel rural súper aislado que nunca se había usado como estudio de grabación. Iba a ser distinto y nos dimos cuenta desde el momento en que empezamos a descargar el material nosotros mismos. La experiencia fue guay porque no nos preocupamos tanto por el sonido, nos preocupaba más el sentimiento y el lugar ayudaba a estar concentrado en las canciones».

El nombre del álbum vino casi de forma automática. Por un lado, la ausencia de ciertas personas -Noni ha explicado en otras entrevistas rompió una relación de nueve años y que su padre murió reciéntemente- iba a ayudar a que este disco dejara huella en su principal compositor. Por el otro, había señales: «Vi como cuatro chorradas. Estaba viendo un documental de pájaros y salía una movida de impronta», dice entre risas. Por último, eran las canciones más emocionales de la banda. Aún con todo, Noni deja claro que lo mejor del disco es que, pese a que se tratan las relaciones tortuosas y las rupturas, «el concepto que queda es que siempre hay una salida».

El álbum tiene un poco de todo pero es marca de la casa en los granadinos. Sí que parece que el uso de los sintetizadores que predominó durante su último álbum, 'Cuando el destino nos alcance' (2010), queda algo más matizado. Tras el enfado de parte de la escena indie ante la propuesta, ¿habrán reculado? «No es eso. Para aquel disco compramos varios sintetizadores y nos abrimos a otro tipo de experiencias. Se hizo casi todo de esa manera. Pero al final lo que se hace es asimilar las cosas que has hecho y quedarte con lo mejor».

Cabe preguntarles si la reacción airada de algunos fans les afectó. Alejandro Méndez, guitarrista principal de la formacion, contesta: «Hubo cierta polémica con el tema del purismo del indie que nosotros hemos preferido dejar de lado. Creemos que el rock & roll no debe ser demasiado purista porque surge de la mezcla entre la mezcla negra y el folk». Por su parte, Noni defiende que todo forma parte del proceso de aprendizaje. «Si tuviéramos que pensar en la reacción de los fans cada vez que nos subimos al escenario o componemos nos volveríamos locos», sentencia.

Con 30 años y cinco discos a sus espaldas, a Lori Meyers a un les queda mucho que decir y que cantar. «Cada vez que hacemos un disco, siempre se nos queda alguna espinita clavada de no haber probado alguna cosa. Eso es lo que te obliga a hacer otro disco y nosotros vamos a intentar hacerlos mejores cada vez». Alejandro va más allá: «Queremos hacer algo de promo por Latinoamérica, a ver si con este disco podemos». Seguro que sí.