Atletismo Deporte Femenino

Una pasión de altura

Ruth Beitia es símbolo de las cotas más altas que laurean el atletismo español
Ruth Beitia es símbolo de las cotas más altas que laurean el atletismo español
RAÚL COSÍN - / FOTO: JUAN MANUEL SERRANO - - Valencia/santander - Actualizado: Guardado en: Actualidad

Ruth Beitia, gran referencia del atletismo español, recuerda sus inicios, analiza el presente y mira al futuro con optimismo

Siente que el salto de altura le eligió a ella. Dedicarse al atletismo fue una decisión fácil para Ruth Beitia Vila (Santander, 1/4/1979). La quinta de cinco hermanos, todos atletas. Sus padres, jueces de atletismo. Y aunque empezó a encariñarse con seis años, fue con once, cuando se unió ya para siempre con su entrenador Ramón Torralbo, cuando acabó de enamorarse del deporte más olímpico. Aunque destacaba en cross y en fondo, ganadora ya en esas pruebas desde bien pequeña, entendió el preparador con el que le une ya un camino de 25 años que «ese tobillo había que aprovecharlo para otra cosa». Tanto es así que acabó convirtiéndose en la reina española del salto de altura, coronada en oropel en tres ocasiones en Europa, con plata y bronces mundiales y tres participaciones en Juegos Olímpicos, además de contener el récord de España con 2,02 metros –lo logró en 2007, formando con el «Valencia Terra i Mar»–.

Indiscutible que Ruth es una voz rotundamente autorizada para reflexionar sobre atletismo y el deporte. Y lo hace con un gesto amable y un mensaje entusiasta y risueño; en realidad la forma que tiene de entrar en cada ocasión a la pista para competir. La misma fórmula «con la que me gusta ir a charlas con los pequeñitos por los colegios o con los jóvenes en el CAR, a los que siempre insisto que deben disfrutar del deporte, pero que hay que formarse y realizar unos estudios».

Bucea en el recuerdo y subraya que «la fusión entre mis padres y mi entrenador fue fundamental», al tiempo que recuerda que «soñé con ser olímpica cuando vi a mi padre que iba a Barcelona’92». Ella cumplió las ensoñaciones en Atenas (16ª), Pekín (7ª) y Londres (4ª).

Visión optimista

Esas realidades, como las tres conquistas de Europa (Helsinki’12 y Zurich’14 al aire libre y Goteborg’13 en pista cubierta), o la medalla de plata en el Mundial en Doha’10 en pista cubierta, entre otros grandes resultados, no son más que el fruto del «trabajo y la pasión por el atletismo» y de todos los valores que me ha enseñado y me sigue mostrando mi entrenador»: «Él siempre ha confiado en mí. Me ha enseñado qué es este deporte y valores como saber ganar, saber perder, el compartir, el respetar a los rivales, el compañerismo, el competir, la perseverancia, el esfuerzo… valores que se pueden extrapolar a cualquier aspecto de la vida».

Beitia reflexiona sobre la incidencia de su deporte de forma vital y asegura que «el atletismo me ha dado muchísimo más de lo que yo le haya podido haber dado. Me ha dado la oportunidad de conocer a mucha gente que es lo que me va a quedar. Me ha dado la oportunidad de ser la persona que soy. Me ha permitido abrir la mente desde muy joven o de disfrutar muchísimo cada día de lo que hago».

La coyuntura económica ha ido mermando las ayudas –públicas o privadas– al deporte. Pero Ruth, vital y optimista siempre, prefiere «darle la vuelta a la tortilla» y opina que «están saliendo a la luz las personas que realmente aman el atletismo. Que se pueda vivir durante tu etapa de atletismo, ya no digo ahorrar, esos tiempos pasaron. Estamos en momentos difíciles. Pero ¡ole, ole y ole! por el patrocinio que aparece, por las personas que se lanzan hoy a la piscina sin saber si hay agua o no para apoyarnos. En mi caso, apostó por mí Go Fit. Ahora también me he ligado a la UCAM de Murcia».

Pequeños pasos de gigante

La cántabra reivindica para los atletas, para los deportistas, que «se nos trate como personas, no solo como deportistas. No solo somos una imagen, sino personas a las que les late el corazón». Y ensalza, lógicamente el papel de la mujer, advirtiendo que «estamos dando pequeños pasos de gigante, pero aún queda. Cierto es que Barcelona’92 fue un antes y un después para el deporte y la mujer. El resultado que se tiene ahora es gracias a esas pioneras que se hicieron un espacio en un mundo del deporte de hombres. Ese trabajo que hicieron nos impulsa para luchar hoy por la igualdad».

Ruth, diputada en el parlamento de Cantabria y primera secretaria de la mesa, sigue entusiasmada con su deporte, al que regresó después de un interrupción meditada y con la sensación del trabajo bien hecho tras Londres 2012, pero que viéndose en plenas condiciones decidió retomar: «Después de esta prórroga que me ha dado la vida son todo alegrías, todo lo que hago suma, es un regalazo. Puedo asegurar que el sueño que tuve de pequeña lo estoy volviendo a vivir». A sus 35 años vive su disciplina a corto plazo. «Disfruto del camino», dice. ¿Río 2016? «Preparo ahora la nueva temporada. Me encuentro fantástica. Nunca se sabe. Llegado el momento, me encantaría».

Toda la actualidad en portada

comentarios