Desde que comenzó el curso en la Comunidad Valenciana, el pasado 3 de septiembre, se han multiplicado las denuncias y los actos de protesta por el exceso de calor en las aulas. Mientras la Dirección Territorial de Trabajo rechazaba ayer la petición efectuada por los sindicatos para que se suspendieran las clases debido a las altas temperaturas que se están registrando en el arranque del curso escolar, el AMPA de algunos colegios públicos –como el IES Veles e Vents de Valencia– repartió circulares a los niños en clase para que «no asistan al colegio el jueves 11 y viernes 12 de septiembre».

También la dirección del instituto de Secundaria Virgen del Remedio de Alicante ha suspendido las actividades docentes hasta el próximo lunes debido a las altas temperaturas que se registran en las aulas, según fuentes del centro. La dirección de este centro envió el martes a los alumnos a casa con una circular para sus padres en la que les informaba de los motivos de esa medida. Esta decisión ha motivado una inspección educativa en el instituto para conocer la motivación de esa decisión y determinar si es proporcionada y adecuada.

Otras asociaciones de padres de alumnos de dos centros educativos de El Campello también estudiaban ayer la posibilidad de adoptar la misma decisión de suspender las clases por las elevadas temperaturas.

«Mera molestia»

En su escrito a la Dirección Territorial de Trabajo, las cinco centrales más representativas del sector de la educación apelaban a la normativa que establece que las temperaturas no pueden exceder de los 27 grados en puestos de trabajo sedentarios. Sin embargo, la Conselleria explica que para acordar una medida como la suspensión de las clases «el daño que podría producirse habría de ser grave para la salud de cada trabajador y no una mera molestia, incomodidad o daño leve».

Con todo, la dirección territorial de la Conselleria de Economía acordó ayer solicitar un informe a la Inspección de Trabajo y Seguridad Social del Ministerio de Empleo, así como realizar las comprobaciones necesarias por parte del Instituto Valenciano de Seguridad y Salud en el Trabajo.

Tampoco hay un acuerdo general entre el profesorado, los colegios y las asociaciones de padres sobre la gravedad del problema. En algunos casos consideran las temperaturas «normales» para esta época del año y «muy parecidas» a las del mes de junio, lo que «no justifica las quejas ni la intención de suspender las clases», con el perjuicio que supondría para los padres ya incorporados a su jornada normal. Progenitores que, en muchos casos, consideran que el calor es parte de una maniobra de los sindicatos que están «manipulando a padres y también a nuestros hijos dentro de las aulas» con otra casuística de fondo.