El PSPV obtendría su peor resultado electoral de la historia en la Comunidad en las próximas elecciones, pero en cambio podría gobernar gracias a un tripartito con Compromís y EU, al no obtener el PP la mayoría absoluta. Esa es la conclusión de una encuesta encargada por los socialistas valencianos y hecha pública ayer por su secretario general, Ximo Puig, que apunta claramente a la formación de un gobierno tripartito de izquierdas.

El estudio, desarrollado por la firma Odec, otorga al PSPV un resultado aún peor que el que cosechó su exsecretario general Jorge Alarte en 2011, a pesar del desgaste del PPCV por la crisis, los ajustes y decisiones impopulares como el cierre de Radio Televisión Valenciana (RTVV). Así, si Alarte logró 33 escaños en las últimas elecciones para establecer un nuevo suelo electoral, el sondeo elaborado para los socialistas concede a Puig un máximo de 31 diputados.

Los resultados del sondeo –presentados ayer por Puig y por el sociólogo Ignacio Urquizu, colaborador habitual de la Fundación Ideas del PSOE–, eso sí, dibujan el escenario para el que los socialistas valencianos vienen trabajando prácticamente desde la llegada de Puig a la secretaría general: la posibilidad de gobernar con un pacto a tres bandas. Así, el PP perdería su mayoría absoluta para quedarse, según la encuesta, en un máximo de 36 escaños (muy por debajo de los 55 actuales), lo que imposibilitaría incluso un eventual pacto con UPyD.

En cambio, el pacto del PSPV con Compromís y EU sí garantizaría la mayoría absoluta. De esta forma, el sondeo otorga a los nacionalistas –la fuerza minoritaria que más crece– un máximo de 16 diputados, mientras que la coalición de izquierdas obtendría 11 escaños en las Cortes Valencianas. Es decir, el tripartito dispondría de 54 escaños en el escenario menos favorable (29 del PSPV, 14 de Compromís y 11 de EU); y hasta 59 en el mejor (31 del PSPV, 16 de Compromís y los mismos 11 de EU). La mayoría absoluta está fijada en 50 escaños, al menos mientras las Cortes mantengan los 99 diputados actuales.

El sondeo también contempla la entrada de UPyD en el Hemiciclo valenciano –como sucede en la mayoría de sondeos desde hace unos meses–, pero su presencia sería irrelevante: no serviría para apoyar al PP y el tripartito no lo necesitaría.

El «mantra» del adelanto

Fuentes socialistas consultadas por este periódico explicaron que el trabajo de campo de la encuesta, sobre cuyo nivel de «cocina» evitaron dar detalles, se llevó a cabo inmediatamente después del cierre de RTVV –en la ficha técnica se afirma que el «segundo muestreo» se realizó del 17 al 19 de diciembre, veinte días más tarde–. Es decir, en uno de los peores momentos de los últimos meses para el Consell de Alberto Fabra. De hecho, una de las preguntas centrales pedía a los encuestados su valoración de la decisión de cerrar el ente.

El sondeo, para el cual se realizaron 1.200 entrevistas telefónicas, preguntaba también por la valoración de los principales líderes políticos de la Comunidad, según las mismas fuentes, pero sin embargo el PSPV no dio a conocer ayer este dato. En cambio, Puig sí destacó la pregunta relativa al deseo de un adelanto electoral –uno de los «mantras» del socialista, que ya ha logrado adelantar las primarias al 9 de marzo–, que apoyarían un 53,5 de los encuestados.

Las mismas fuentes interpretaron la presentación de la encuesta de ayer como un paso definitivo en la consolidación de la estrategia de Puig para promover un pacto a tres bandas con Compromís y EU, la única forma de desbancar al PP de la Generalitat.