Cristo Hernández, Premio Nacional de Arqueología: «Los neandertales eran innovadores y capaces de adaptarse»

El investigador canario codirige los yacimientos neandertales de El Salt y Abric del Pastor, en Alcoy (Alicante), proyecto ganador del IV Premio Nacional Palarq de Arqueología y Paleontología

Del arte al pegamento: el ingenio de los neandertales íberos

El investigador Cristo Hernández Gómez, en el Museo Arqueológico Nacional (MAN) en Madrid Tania Sieira

En las montañas de Alcoy, en la sierra de Mariola, se ocultan El Salt y Abric del Pastor, dos refugios rocosos que fueron ocupados recurrentemente por neandertales hace entre 80.000 y 45.000 años. Estos yacimientos son fundamentales para entender cómo vivían y por ... qué desaparecieron estas poblaciones, las últimas de la Península Ibérica antes de la llegada de los humanos modernos a Eurasia. Ese es el objetivo de 'Alrededor del tiempo', un proyecto interdisciplinar de décadas que ha sido distinguido con el IV Premio Nacional Palarq de Arqueología y Paleontología, dotado con 80.000 euros y el más importante de esta disciplina en España.

El equipo, codirigido por Cristo Hernández Gómez y Carolina Mallol, investigadores de la Universidad de La Laguna en Tenerife, ha encontrado en los yacimientos hogares en un estado de conservación tan extraordinario que «nos parece que alguien dejó el fuego encendido la noche anterior», dice Hernández. También hay múltiples restos de carnicería, herramientas de sílex y dientes de un individuo joven. Pero lo más extraordinario es lo que no se ve a simple vista. Los investigadores han conseguido 'leer' la tierra misma para distinguir las distintas ocupaciones a lo largo de los años con una precisión sin precedentes y descifrar cómo esos parientes extintos se relacionaban con el mundo. Lo cuenta Hernández horas antes de recibir el premio de manos de la Reina Sofía.

—Los neandertales volvieron de manera recurrente a El Salt y Abric del Pastor durante 20.000 años, ¿qué les atraía de estos lugares?

—Eran grupos reducidos que tenían una gran movilidad. Se desplazaban por el valle, instalando sus campamentos en diferentes lugares. El Salt tenía una ubicación privilegiada, con acceso a múltiples recursos: muy cerca del río, de la serranía y de las llanuras donde capturaban caballos. Hablando en términos actuales, es como comprar un piso muy bien ubicado en un lugar céntrico. En Abric del Pastor, en el interior de la sierra, capturaban cabras y recogían enebro, tejo, sabina o boj para combustible.

Estrategias de supervivencia

—Durante todo ese tiempo las condiciones ambientales fueron muy cambiantes, ¿eran los neandertales capaces de adaptarse?

—Sí, completamente. La población neandertal estuvo presente en Eurasia desde hace 250.000 años hasta hace unos 40.000, un tiempo muy largo en el que tuvieron que afrontar climas muy cambiantes. Hace unos 70.000 años Europa pasó por unas condiciones muy frías que se les harían durísimas, pero las afrontaron. Por eso es muy interesante estudiar la experiencia humana en el pasado, para ver cómo resolvieron esos problemas, de alguna manera los mismos que nos preocupan en la actualidad. Hablar de neandertales es hablar de sostenibilidad, de cambio climático y de migraciones humanas.

—¿Eran innovadores?

—Durante mucho tiempo se ha imputado a los neandertales un modo de vida monótono, negándoles la capacidad de innovación, pero eso es porque mirábamos al lado equivocado. Lo que ocurre es que los cambios no se observan tanto en las herramientas que fabricaban, sino en su manera de estar en el mundo, en sus estrategias de supervivencia: cómo organizan el espacio, cómo se mueven en el territorio, cómo se relacionan con los animales... Llevaban un modo de vida ecosostenible que no agotaba los recursos. Sabían muy bien que eso era importante. Por eso van cambiando los territorios de aprovisionamiento del sílex, los cinegéticos...

«En 3 cm de excavación puede haber transcurrido un milenio. Nuestra obsesión es distinguir cada ocupación»

—¿Tenían conciencia de cómo funcionaba la naturaleza?

—Estos cazadores-recolectores dependían de los alimentos que produce la naturaleza. El registro arqueológico está demostrando que tenían un conocimiento acumulado y transferido generacionalmente de cómo se comportan los animales que les interesaban: cuándo paren las ciervas o las yeguas, qué pasa si capturo a una población de animales y pongo en peligro su reproducción, por dónde se desplazan las manadas... Esa observación de la naturaleza les confiere un conocimiento que aprovechan a su favor para perpetuar un modo de vida exitoso. No es un comportamiento oportunista.

Registro 'frankenstein'

—¿Cómo han logrado apreciar todo eso?

—Esa es una de las fortalezas de nuestro proyecto. Nuestra metodología nos permite obtener información microscópica y molecular, abriendo ventanas al pasado que antes estaban cerradas y viendo a los neandertales con una resolución nunca alcanzada. En un yacimiento paleolítico, las ocupaciones que han tenido lugar en tiempos distintos aparecen juntas, como un registro 'frankenstein'. Es lo que llamamos el efecto palimpsesto: no pueden distinguirse las ocupaciones que corresponden a generaciones que nunca se conocieron. Piense que en 3 cm de excavación puede haber transcurrido un milenio, es como mezclar nuestros objetos con los de nuestros tatarabuelos: nada que ver. Nuestra metodología multiescalar, sin embargo, nos ha permitido separar esos elementos, empezar a ver las distintas ocupaciones y escudriñar los cambios entre ellas.

—Pueden precisar el tiempo entre los hogares incluso con una resolución de décadas.

—Es nuestra obsesión. Hicimos un estudio arqueoestratigráfico, la posición de todos los objetos y hogares del yacimiento, para ver dónde está el suelo que pisaba el neandertal. Eso nos da la posibilidad de ordenar qué vino primero y qué vino después. Para saber cuánto tiempo ha pasado entre un momento y otro utilizamos el arqueomagnetismo. El campo magnético terrestre no está fijo. Si analizamos dos fuegos y las partículas magnéticas están alineadas de forma distinta, eso significa que no se hicieron al mismo tiempo. Pudimos calcular cuánto tiempo mínimo tenía que transcurrir para que se produjera esa desviación. Ahora estamos replicando este trabajo en un contexto más complejo. Es la forma de empujar las fronteras del conocimiento.

«Eran grandes cazadores, pero los vegetales también estaban presentes en su dieta. Conocían bien los recursos vegetales»

—También han descubierto que la dieta era más variada de lo que se creía. 

—Sí, los neandertales de esta zona eran excelentes cazadores: sus presas preferidas eran el caballo, el ciervo y la cabra. Pero los estudios de lípidos han demostrado que los vegetales también estaban presentes en su dieta, aunque no sabemos cuáles. Conocían bien los recursos vegetales.

—¿Qué nos dicen estos yacimientos sobre la desaparición de los neandertales?

—Desaparecieron o se diluyeron en los sapiens, como ha propuesto recientemente otro equipo de trabajo... No hay una sola respuesta. Probablemente, las causas concretas no sean las mismas en unas zonas que en otras. En el Mediterráneo la desaparición fue progresiva. Eran grupos pequeños, lo que es posible que les debilitara para afrontar el deterioro climático: más frío y aridez. El problema no es que no pudieran soportar el frío, es que cambiaron los recursos del territorio.

—¿Y la llegada de Homo sapiens no tuvo nada que ver?

—Sabemos que neandertales y sapiens estuvieron juntos en otros territorios, incluso se hibridaron. Pero aquí las evidencias del hombre moderno son más tardías. Hay un periodo de vacío entre los últimos neandertales y los primeros sapiens.

«En el Mediterráneo la desaparición de estas poblaciones fue progresiva. Eran grupos pequeños que afrontaron un gran deterioro climático»

—¿Cuál es el futuro de estos yacimientos?

—Continuaremos con nuestra arqueología de alta resolución. En El Salt se ha encontrado material genético en el suelo, pero no podemos avanzar más porque está pendiente de publicación. Estamos en un entorno vulnerable, al aire libre, y tenemos un triste recuerdo de cómo funcionan las lluvias torrenciales en el País Valenciano, así que también nos interesa mucho proteger los yacimientos. Y queremos que se puedan visitar.

—¿Qué nos enseñan los neandertales sobre nosotros mismos?—Que tenemos que conocer nuestro mundo. Ese fue uno de los grandes éxitos evolutivos de los neandertales: sabían escuchar al planeta. Y que somos el resultado de una hermosa mezcla, de un mundo diverso de gente que se mueve.

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