¿Quién inventó el primer portero automático de la Historia?

ciencia cotidiana

Símbolo de la vida moderna, eficiente, impersonal y con un punto de excentricismo, es el mejor guardián de nuestro hogar

Los inventos de la vida cotidiana más letales

Una mujer llama al portero automático de un edificio Adobe Stock

En el corazón de los edificios, donde la vida se teje como si de una colmena se tratase, habitan los videoporteros, que con su ojo omnisciente observan con recelo cada movimiento que se produce en la entrada.

Y es que en el mundo actual el portero automático es un elemento omnipresente en nuestras vidas. Sin embargo, quizás, sea poco conocida la fascinante historia que se esconde detrás de este invento, un artilugio que ha revolucionado la seguridad de nuestros hogares.

Un invento del medioevo

En el corazón de la España medieval, Alcalá de Henares latía al ritmo de los gremios, esas hermandades de artesanos y comerciantes que orquestaban la sinfonía del comercio local. Al igual que en otras ciudades castellanas, la calle Mayor era el escenario principal de una danza comercial, donde se erguían, bajo la protección de los soportales, las tiendas de aquellos que con sus manos y su ingenio sustentaban la riqueza de la villa.

La ciudad era un caleidoscopio de oficios, cada uno con su propia calle: Tahona, para los panaderos; Manteros, para los vendedores de telas; Cerrajeros, para los forjadores del metal; Carnicerías, donde se sacrificaba y vendía la carne; Tocinería, para los especialistas en cerdo; Limoneros, para los mercaderes de cítricos aromáticos…

Los gremios regulaban la producción, fijaban precios, protegían a sus miembros y velaban por la calidad de los productos. Eran asociaciones de carácter comercial y laboral que defendían con ahínco los intereses de cada oficio, impulsando su crecimiento y prestigio.

El legado de aquella época aún pervive en el urbanismo histórico de Alcalá de Henares. En el trazado soportalado de la calle Mayor y parte de la plaza de Cervantes, junto con los antiguos nombres de las calles, es posible descubrir elementos tan evocadores como son las mirillas.

Se trata de pequeños orificios situados en algunos techos de los soportales que en la Edad Media hacía las veces de testigos silenciosos de la vida cotidiana. Desde ellas, los comerciantes y artesanos observaban con atención a quienes accedían a sus tiendas o talleres, aquellos que previamente habían anunciado su presencia con la ayuda de las aldabas.

Del interfono al electroportero

En 1894 o Almon B. Strowger patentó el teléfono intercomunicador, más conocido como interfono. Un dispositivo, precursor del portero automático actual, que permitía la comunicación entre dos puntos dentro de un edificio utilizando la red telefónica existente.

La década de 1960 marcó un punto de inflexión en la historia del portero automático de nuestro país: la empresa Fermax presentó en 1963 el Fonoporta, considerado el primer portero automático tal y como lo conocemos hoy en día. Este dispositivo, inicialmente diseñado para uso profesional e industrial, incorporaba un altavoz y un micrófono que permitían la comunicación entre la vivienda y la entrada del edificio.

Apenas una década después se produjo la gran explosión del uso de porteros automáticos en España. Su precio asequible y su utilidad los convirtieron en un elemento indispensable en los bloques de viviendas. En esta época, el portero automático también recibió otros nombres como portero electrónico, citófono, interfono o electroportero.

En 1980 se introdujo al mercado el primer videoportero, una innovación que transformó por completo la experiencia del usuario al incorporar una cámara que permitía ver a la persona que llamaba desde la vivienda, lo que aumentaba considerablemente la seguridad.

En la actualidad, los porteros automáticos han evolucionado de forma extraordinaria, incorporando nuevas tecnologías como la conexión a internet, la visión nocturna y la apertura remota de puertas. Avances que han convertido al portero automático en un elemento clave para la seguridad, la comodidad y la comunicación en nuestras comunidades vecinales.

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