«Rafael de Casanova luchó por España y Cataluña, no por la secesión»

—¿Qué le parece el acto de reconciliación de descendientes de bandos opuestos en la Guerra de Sucesión organizado por Sociedad Civil Catalana?

—Me parece fantástico el concepto de la unificación, de no clasificar a las personas. Además, dentro de nada vamos a entrar en un momento histórico en el que ya no hablaremos ni de la Unión Europea, ni de España, sino del Planeta Tierra. Hoy en día mis hijos se chatean con gente de Australia, o de Brasil... Tenemos que engrandecer los conceptos, en lugar de que cada uno vaya con sus pequeñas ambiciones, concentrándose en nimiedades. Hay que aceptar la realidad de hoy en día, que es universal, y relacionarnos con todo el mundo.

—¿Usted, que vive en Cataluña (en Balaguer, Lérida), qué opina del movimiento independentista catalán? ¿Hay realmente una base social?

—A ver, esto ha sido una lástima... En Cataluña llevamos 30 años de una nefasta inmersión en todos los sentidos, no sólo lingüística. Yo creo que en una sociedad un poco desarrollada y adulta deberíamos pedir a nuestros administradores honestidad y prudencia. Y que se dejen de ideologías. Está visto que históricamente las ideologías no han hecho más que meter la pata, provocando guerras y enfrentamientos. Que si se puede tener un poco más de independencia, un poquito más de dinero de Madrid, perfecto. Ahora, si no se puede, es cuestión de negociar y hablar y buscar un acuerdo. Porque hay muchas más cosas que nos unen, que no que nos desunen.

—¿Qué opina del uso que ha hecho la Generalitat del Tricentenario de la Diada?

—Se ha utilizado la Historia de forma partidista, se ha cambiado. No soy historiador, no podría ser preciso, pero se han publicado algunos manifiestos de Rafael de Casanova en los que hablaba de España, de lealtad, del rey... Lo que pasa era que, para él, el rey era un austria y, para otros, un borbón.

—¿Se ha manipulado la figura de Rafael de Casanova, presentándolo como un héroe del nacionalismo?

—Sí. Él estaba por el bien de Cataluña y España. Lo que ocurre es que tenía una concepción de que en España, con los austrias, Cataluña podría tener unos fueros, unas posibilidades, que los borbones no se las daban. Porque, en el fondo, castigaban deslealtades o premiaban lealtades.

—¿Se puede afirmar, pues, que Rafael de Casanova luchó por Cataluña, y, por España?

—Sí, naturalmente. En sus manifestaciones no había ningún tipo de idea secesionista.

—¿Cree que la crisis económica está relacionada con el renacimiento del independentismo?

—La crisis económica ha tenido algo que ver con el auge del independentismo. Porque es muy fácil desde Cataluña decir «lo estamos pasando mal y la culpa es de Madrid». Ha servido de excusa para las cosas que se han hecho mal aquí en Cataluña. Si los gobernantes catalanes hubieran sido unos buenos administradores, dirías «hombre...», «quizás...», «discutamos un poco más de fueros, más poderes...» Pero no ha sido el caso. ¡Yo tengo una finca y me ponen estos administradores y lo que hago es quitarlos a toda velocidad!

—Hablando de «administradores», que piensa del Caso Pujol? ¿Afecta al llamado proceso secesionista?

—Hombre... yo conozco bastantes personas que tenían una gran fe en el «Papa Noel» Pujol y que realmente ahora están repensando un poquito las cosas. No sé si llegan a un grado racional de comprender que a lo mejor se habían creado unas expectativas que no eran reales con la figura de la Generalitat y de los Pujol, y de ahí la decepción. Pero son gente de buena fe ¿eh?, que ahora piensan que a lo mejor todo lo que les decían no era verdad...

—¿Cómo cree que acabará el proceso catalán? ¿Habrá consulta?

—Yo creo que, si prevalece el sentido común, la cosa debería quedarse en agua de borrajas. Es decir: Rafael de Casanova, cuando llegó el momento en que tenía perdida la batalla, no transformó Barcelona en Numancia. No fue una tragedia, fue una derrota. Se negoció una paz, el rey le perdonó después y no pasó nada. Murió en familia...

—¿Una pregunta muy personal. Si quiere no me la responda... ¿Puedo saber a qué partido vota?

—Mire, yo tengo un hijo que está con Ciudadanos. A mí, la verdad, me parece que su discurso es muy razonable; en principio tengo que hacer el auto de fe de darles un voto de confianza.