Lo anunciaron el miércoles y ayer pasaron a la acción. El colectivo «okupa» de Can Vies dio ayer con la puerta en las narices al alcalde Xavier Trias y a su oferta de diálogo. Como habían anunciado, varias decenas de simpatizantes del inmueble desalojado prosiguieron ayer con las tareas de desescombro, asegurando que ni quieren la ayuda de la administración ni tampoco su tutela. La próxima semana, además, presentarán el proyecto de reforma del edificio, sin tener claro, aseguraron, si pedirán formalmente la licencia de obras, como les solicita el Consistorio.

El desplante de los «okupas» llega un día después de que el Ayuntamiento de Barcelona se mostrase dispuesto a devolver el edificio de Can Vies a los «okupas» por los próximos dos años: como condiciones, la ausencia de violencia y proceder con la rehabilitación siguiendo los cauces habituales. De igual manera, el Consistorio pidió, en aras de la seguridad, que la retirada del escombro se hiciese de manera profesional.

Pese a no cumplir ni lo uno ni lo otro, como ya adelantaron en una asamblea el miércoles, el primer teniente de alcalde, Joaquim Forn, volvió a tender la mano a los «okupas». Más duro se mostró con los partidos de la oposición, a los que instó a «presentar alguna alternativa» después de que el PP, por ejemplo, cuestionase su debilidad con los «okupas».

Al respecto, el popular Alberto Fernández acusó a Trias de secundar «la agenda de los violentos» y, respondiendo a la demanda de propuestas que hizo Forn, expuso su fórmula: «derribo» de Can Vies, y «firmeza ante los violentos»._Fernández volvió a lamentar que estos grupos hayan conseguido sus objetivos chantajeando al Consistorio con la violencia.

Anarquistas identificados

Precisamente, la Policía Nacional identificó ayer en La Jonquera (Girona), a cuatro jóvenes anarquistas italianos supuestamente procedentes de Barcelona, que viajaban en un coche en el que llevaban máscaras antigas, navajas, tirachinas de bolas de hierro y panfletos de Can Vies. Según informó Ep, los identificados están considerados por las autoridades italianas como «radicales de extrema izquierda», aunque no hay ninguna orden de arresto contra ellos. Los investigadores sospechan que pudieron participar en los disturbios de Can Vies.