Sobre la tapa de un contenedor de basura todavía humeante, el Ayuntamiento de Barcelona ha firmado este mediodía la claudicación definitiva ante el colectivo okupa. En aras del "bien común y la tranquilidad" de los vecinos, en palabras del primer teniente de alcalde, Joaquim Forn, el Consistorio ha abierto hoy la puerta a una "cesión temporal" del edificio de Can Vies, cuyo desalojo, el pasado lunes 26 de mayo, estuvo en el origen de una semana de violencia urbana en la capital catalana.

El Ayuntamiento ha informado esta mañana que si el colectivo de Can Vies presenta un proyecto de obras y se tramita la licencia correspondiente, la administración podría ceder el inmueble de manera provisional hasta que, en el plazo de 24-30 meses, se ejecute el proyecto urbanístico definitivo que prevé el derribo de la edificación para realizar una zona verde y viales.

"¿Le preocupa que se interprete la cesión como una marcha atrás?", se le ha preguntado al concejal Forn. "A mi lo que me preocupa es que siguiese el conoflicto", ha respondido el edil, confirmando la cesión ante unos grupos que tras varias noches consecutivas de violencia urbana han logrado que la administración no solo los acepte como interlocutores sino que se pliegue a sus demandas.

En rueda de prensa flanqueado por los concejales de urbanismo Antoni Vives y de Presidencia Jordi Martí, Forn ha asegurado que se dará a los okupas el mismo trato que a cualquier otra entidad que pretenda desarrollar una actividad en un edificio municipal, una condición que se intuye más que complicada por parte de un grupo que propugna la autogestión y rechaza cualquier tutela.

«Retirar los escombros de manera segura»

Como primera medida, el Ayutamiento reclama a los "squatters" que permitan que sea la empresa de transportes municipal propietaria del edificio la que retire los escombros de una "manera profesional y segura". Tras el paso dado por el Ayuntamiento (paso atrás, se entiende), los okupas deberían dar esta tarde una respuesta en la asamblea que han convocado para explicar su proyecto de reconstrucción del inmueble, siguiendo la política de "hechos consumados" que han decidido adoptar.