proclamación de felipe VI
Madrid, blindada por tierra y aire
El imponente dispositivo de seguridad diseñado para la proclamación de Felipe VI ya está a pleno rendimiento

Un helicóptero sobrevuela el Congreso. Perros olfatean cada palmo del edificio a la caza de explosivos, mientras varios francotiradores vigilan desde las alturas. Son parte de los más de 4.000 policías nacionales que constituyen el dispositivo de seguridad que el próximo 19 de junio protegerá el acto de proclamación del futuro Felipe VI, cuya «fase crítica» comenzó la madrugada de este miércoles en toda España, pero como es lógico de una forma muy especial en Madrid.
«Por la magnitud, complejidad y número de agentes es probablemente el evento más importante de este año», explicó ayer Félix Martínez, inspector jefe de la Jefatura de Unidades Especiales. La Policía ha realizado un amplio despliegue por las zonas clave por las que pasará la comitiva real, como los perímetros del Congreso de los Diputados o el Palacio Real.
Hasta 120 francotiradores con armas de precisión y visores controlarán desde las azoteas los puntos clave para evitar «cualquier amenaza a las autoridades que intervienen en el acto», precisó el subinspector Germán. Estos agentes serán los encargados de detectar las posibles amenazas de atentados desde ventanas, techos o fachadas, o entre las grandes masas de ciudadanos que se acercarán a saludar a los nuevos Reyes.
Una de las especialidades más madrugadores será la Unidad de Guías Caninos, que desde primera hora peinará todos los rincones en busca de cualquier bulto sospechoso que pueda suponer una amenaza. Durante toda la jornada alrededor de 30 perros harán turnos olisqueando desde mochilas abandonadas hasta papeleras.
Invitados, diputados y senadores llegarán hasta el Congreso custodiados por 111 funcionarios de la Unidad Central de Protección, y luego los escoltarán hasta el Palacio Real, donde los Reyes ofrecerán una recepción.
La Policía también ha descendido hasta las tripas de la capital. La Unidad de Subsuelo recorre estos días 500 kilómetros de galerías subterráneas en busca de explosivos o artefactos sospechosos que puedan colocarse junto al cableado y las cañerías que abastecen Madrid de luz y agua. «Nuestro trabajo es que no haya nada raro bajo el suelo», comenta un agente.
Y junto a todos ellos, de forma discreta, se moverán los agentes de Información, que llevan días sin dormir para detectar posibles amenazas, con especial atención a grupos anarquistas que buscan romper la tranquilidad.
