Ansiedad social: así lograrás que no te afecte lo que otros digan de ti
Aunque no tenemos certezas sobre lo que otras personas piensan o van a decir, muchas veces actuamos como si lo supiéramos. Y eso nos limita. Te contamos cómo neutralizar ese efecto
El arte de hacerse escuchar: cómo hacer que tus opiniones importen

Imagina que estás en un ambiente social en el que sientes una cierta incomodidad . Puede que sea porque no conoces a la gente, porque percibes cierta tensión que no acabas de entender o simplemente porque una inseguridad ha aflorado sin saber muy ... bien por qué. En este tipo de situaciones en las que una persona no se siente a gusto tiende a adoptar el personaje de adivino y empieza a visualizar lo que podría estar pensando cada persona, como si realmente pudiera llegar a saberlo. Es el momento en el que algunos dan por hecho que no gustan a los otros y se muestran convencidos de que les están criticando. En este punto Ixi Ávila, coach de inteligencia emocional y especialista en coaching de interpretación, invita a plantear la siguiente pregunta: «Lo que estás sintiendo, ¿es lo que los demás están pensando o es lo que tú estás pensando proyectado?».
La cuestión es que el « qué dirán » es a menudo una ilusión . Analizar la expresión puede ayudarnos a entender mejor la profundidad de esa expresión. Para empezar el verbo 'dirán' está en tiempo futuro, por lo tanto se supone que aún no ha sido dicho. Y para terminar «qué» del «qué dirán» es una adivinanza que, según explica Ávila, vive en nuestra cabeza y que la voz crítica inventa. «No tenemos certezas de lo que otras personas van a decir y, sin embargo, muchas veces actuamos como si lo supiéramos. Y eso nos limita», revela-
La voz crítica proyecta sus inseguridades y las pone en boca de los demás para darles fuerza. La voz crítica ha aprendido que la posible crítica social nos paraliza porque somos seres sociales y por lo tanto utiliza la proyección en los demás como herramienta. Sabe que si escuchas sus mensajes en boca de otras personas te limitarás y ella conseguirá su objetivo: Protegerte de la crítica real, protegerte de recibir críticas o juicios por ser quien eres.
Juguemos a las adivinanzas
La experta en inteligencia emocional propone estos cuatro pasos para evitar la tentación de intentar adivinar ese «qué dirán» antes de que haya sido dicho.
Paso 1. Identifica un momento en el que hayas intentado adivinar lo que otra persona estaba pensando de ti. Te recomiendo que elijas un momento en el que esa adivinanza fuera negativa, y el creer que otra persona estaba pensando mal de ti te haya limitado de alguna manera. Ejemplo: El otro día comiendo con unos compañeros de trabajo: «Este compañero piensa que soy aburrida y preferiría comer sin mí. Siento que mis compañeros desconectan cada vez que abro la boca, prueba de que no tengo nada que aportar».
Paso 2. Busca evidencias a favor : ¿Cuáles son las evidencias que tienes de que estas personas están pensando eso de ti? Busca evidencias específicas. Ejemplo: «Ayer me interrumpieron dos veces mientras contaba algo personal». Y recuerda que puede haber otras razones detrás de estos comportamientos «No es personal, simplemente tenían prisa ayer». Ten cuidado con crear evidencias basadas en tu percepción como: «Sus vidas son más interesantes que la mía» (Para ti, quizás para ellos no) o «Me miran mal» (¿Qué es mal? ¿Tienes la seguridad de que es así?).
Paso 3 . Busca evidencias en contra : ¿Cuáles son las evidencias que tienes de que estas personas no piensan eso de ti y que simplemente tu mente te está jugando una mala pasada? Ejemplo: «Me esperan si acabo un poco más tarde de trabajar para ir juntos a comer», «Me incluyen en los planes de fin de semana», «Me hacen preguntas a menudo para incluirme en cada conversación», etc.
Paso 4. Comprueba si tienes más evidencias a favor o en contra , asegurándote de que sean evidencias y no creencias .
«Si tienes más evidencias a favor, prueba a hablar con las personas para asegurarte de que no estás adivinando sino acertando y busca críticas constructivas . Si tienes más evidencia en contra, es hora de reescribir la historia que te estás contando y darte cuenta de que la mente está inventando lo que los demás dicen de ti, pero no hay evidencia real para creer que es así», argumenta la coach.
Así, según lo que indica la experta, lo que crees que piensan los demás de ti puede afectar tus experiencias . La ansiedad social parte de la base de una crítica social inexistente creada por nuestra crítica interna, que nos lleva a buscar evidencias para convencernos de que no gozamos de aceptación.
Las personas de nuestro alrededor a menudo se convierten en un espejo de lo que creemos de nosotros. No se trata de evitar el «que dirán» se trata de transformar lo que te dices a ti para poder ser capaz de expresarte y decir lo que realmente te nace sin juzgarte.
La técnica del sándwich
Otro matiz de la ansiedad social es el que plantea la psicóloga Laura Moratalla, quien explica que existe una tendencia, más o menos generalizada, que lleva a pensar que si expresamos un punto de vista diferente al de otras personas entraremos en conflicto o nos dejarán de lado. Y esta es, según explica, una dinámica que si se mantiene en el tiempo puede resultar perjudicial para nuestro desarrollo, para tener relaciones saludables y para comportarnos tal y como somos. «Lo que esconde esta tendencia es una invalidación de nuestros pensamientos, que ni siquiera son escuchados a veces por nosotros mismos, en pro de encajar en el grupo», argumenta Moratalla. Y no solo eso sino que en algunos casos esa excesiva necesidad de aprobación impide que conectemos con nosotros mismos y puede llevarnos a desarrollar trastornos del estado de ánimo como la ansiedad o incluso la depresión.
Una de las claves para disminuir el peso que damos a la aprobación externa es comenzar a aprobarnos nosotros mismos. «Para ello hay que conocerse en profundidad, saber cuáles son tus fortalezas (para disfrutarlas y aprovecharte de ellas) y cuáles son tus debilidades (para trabajarlas si así lo deseas o aceptarlas como parte de ti si no ves necesario superarlas)», propone Moratalla.
Estos son los pasos que la psicóloga propone para superar esa necesidad constante de aprobación.
1. Pequeñas decisiones propias . Dependiendo de la situación en la que te encuentres estas pequeñas decisiones serán rutinarias, como la ropa que te vas a poner (teniendo en cuenta tu comodidad y tus gustos), o más grandes, como la decoración de un espacio de tu casa. «Puedes hacer una serie de pasos en los que vayas subiendo el nivel de dificultad, comenzando desde el menor hasta el mayor», apunta.
2. Analízate . Cuando tomes una decisión propia conviene que te detengas a observarte y a preguntarte: ¿Cómo me siento? ¿Responde esta decisión a mis propios deseos o a alguna creencia que mantienes con la que no estás de acuerdo?
3. Opina de forma asertiva con la técnica del sándwich . «Primero tendrás que hacerlo en un ambiente en el que te sientas más seguro y después podrás ir extendiendo ese hábito al resto de los ámbitos de tu vida», aconseja Moratalla. Para ello la experta propone emplear la 'técnica del sándwich', que engloba tres pasos: acercamiento - opinión (o límite) - Acercamiento. Para entender la técnica pongamos un ejemplo: Alguien opina que está de acuerdo con que a los directivos de empresas se les pague más que a las directivas, pero tú piensas lo contrario. Por tanto tu opinión usando la técnica del sándwich sería así: «Entiendo lo que comentas, sin embargo mi opinión es que debería estar más equilibrado. Espero que respetes esta opinión igual que yo hago con la tuya». Con esta técnica en realidad resulta complicado que la persona se sienta atacada y, al mismo tiempo, no se siente culpabilidad al decir lo que se opina ya que se comprende como un acercamiento a la otra persona.
4. Refuerza cada paso que vayas dando . «Independientemente del resultado que obtengas recuerda que estás saliendo de tu zona de confort y que estás llevando a cabo un trabajo para hacerte dueño de tus decisiones», aconseja la psicóloga.
5. Recuerda que estás conectando contigo . Comenzar a dar pasos para dejar atrás la necesidad de aprobación externa conecta con tu interior. «Es una manera de conocerte realmente y de dirigir tu vida hacia donde deseas, tanto en lo que a relaciones se refiere como en el desarrollo personal a todos los niveles», aclara Moratalla.
Por último la experta insiste en que el hecho de agradar a los demás no es negativo, sino que es una fuente de satisfacción personal. Pero lo que sí que tenemos que identificar es si ese deseo de agradar lo estamos llevando a cabo siendo nosotros mismos o acomodándonos a lo que los demás esperan o desean de nosotros.
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