En las intoxicaciones alimentarias de verano el sentido común es el menos común de los sentidos

Y precisamente si por algo se caracteriza el verano es por este aumento de temperaturas que va a hacer que los microorganismos campen a sus anchas en los alimentos y se reproduzcan rápidamente.

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El caso es que en vacaciones es más habitual salir a comer fuera de casa, ya sea de terrazas o haciendo picnics en la playa o la montaña y además se tienden a relajar las medidas de higiene, lo que puede tener como consecuencia este tipo de intoxicaciones.

En algunos casos la sintomatología ocasionada puede ser una leve diarrea, pero en otros puede llegar a agravarse e incluso puede ir acompañada de malestar generalizado, fiebre, vómitos, dolor muscular, cefaleas, deshidratación y problemas más graves.

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Los gazpachos y sopas frías, el marisco, las ensaladas con aliños ligeros y las frutas de postre son ideas que ayudan a comer de forma saludable en verano

Para evitar su aparición lo más aconsejable es tomar nota de estas medidas preventivas que ayudarán a no poner en peligro ni tu salud, ni tus vacaciones:

Por supuesto que antes de comer o manipular cualquier alimento, debemos lavarnos bien las manos para evitar transmitir microorganismos a los alimentos que vamos a ingerir.

Pero también, debemos mantener limpio el espacio donde vamos a cocinar o comer, los utensilios y el material que vamos a utilizar.

Seguro que has escuchado esta advertencia alguna vez, pero ¿Sabemos realmente a que se refiere? Hace hincapié en la importancia de no utilizar los mismos utensilios para manipular un alimento crudo y otro cocinado. Por ejemplo, si vamos a preparar una ensalada, no debemos utilizar el mismo cuchillo o la misma tabla con la que hemos cortado la pechuga de pollo para cortar el tomate.

Intenta que los alimentos estén a temperatura ambiente el menor tiempo posible.

Tras cocinar, si no vamos a comernos de inmediato nuestra preparación, conviene que la guardemos en tarteras o recipientes herméticos o bolsas de congelación para evitar la exposición a agentes patógenos y lo más rápido posible, que la conservemos en la nevera o congelador para evitar las altas temperaturas.

Cocina los alimentos por encima de 60ºC -70ºC de manera uniforme. Mediante la cocción de los alimentos podemos eliminar una parte sustancial de la carga microbiana, pero para ello, conviene que lo hagamos a la temperatura adecuada, siempre por encima de los 60ºC.

Por supuesto que también podemos consumir preparaciones crudas, como un ceviche o tartar, pero para ello debemos congelar mínimo 5 días el pescado, descongelarlo correctamente (en la nevera) y consumirlo de inmediato para evitar la infestación de anisakis.

Es importante lavar bien las frutas y verduras que se vayan a consumir frescas. Y con ello no me refiero a ponerlas bajo el grifo ni darles un baño de agua, si puedes enjuagarlas varias veces y si tienen una piel lo suficientemente dura, utiliza cepillos para eliminar la mayor cantidad de suciedad.

Finaliza secando con un papel de cocina para que no se queden blandas.

Ha que poner un especial cuidado en las preparaciones que contengan huevo crudo. Un plato estrella del verano, es sin duda la ensaladilla rusa, pero si elaboramos la salsa mayonesa casera, es conveniente que preparemos solo la cantidad justa a utilizar para evitar una salmonelosis y consumirla en el momento.

Aunque todas estas recomendaciones cobran especial importancia en los meses de verano debido a las altas temperaturas, no debemos olvidar que el riesgo existe durante todo el año y que la mayoría de intoxicaciones alimentarias ocurren desde el hogar, así que conviene integrar estos consejos como hábito y seguirlos durante todo el año.

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Puedes saber más de Elisa Escorihuela a través de su cuenta de Instagram: @eliescorihuela , su labor en el Centro de Nutrición Nutt y en su libro 'Dietoterapia'.