Melocotón

Junto a los albaricoques , las cerezas y las ciruelas , el melocotón es una fruta de hueso . Un hueso que aísla la pulpa de la semilla. La razón es que la semilla es tóxica ya que contiene un precursor del cianuro, aunque en una cantidad suficientemente pequeña como para que no suponga ningún peligro para la salud.

El melocotón es una fruta muy aromática, carnosa y deliciosa que puede comerse con piel bien lavado o sin ella. Ideal para tomar a mordiscos como una manzana , es muy utilizado para hacer compotas, mermeladas o postres pero también como acompañamiento en platos salados como carnes a la brasa o para aportar un contrapunto dulce a preparaciones como el ajoblanco.

Es una fruta rica en fibra, agua, antioxidantes , betacarotenos y ácidos nicotínico, málico, patogénico y cítrico. Contiene vitaminas A, B1, B2, B6 y E así como minerales como azufre, calcio, cobre, fósforo, hierro, magnesio, manganeso y potasio. Una combinación especialmente antioxidante que lo convierte en un aliado perfecto para la protección de la piel . El melocotón ayuda a la formación de colágeno, combate los radicales libres y previene la formación de arrugas la flacidez de la piel. Se trata de una fruta muy recomendada para las personas con diabetes ya que, aunque es dulce, su alto contenido en fibra hace que tenga un menor nivel de glucosa en sangre. Además, ese contenido en fibra unido al potasio y a la vitamina C, reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares.

Aunque podamos creer que es otra fruta, las nectarinas o briñones son una variedad de melocotón sin vello en la piel. En algunos lugares son también conocidos como pavía, ratón, berisco o pelón. La primera referencia conocida a las nectarinas data de 1616 en Inglaterra. En muchas ocasiones esta variante se produce en el miso árbol melocotonero como un brote mutado que se injerta para preservar la nueva variedad. De vez en cuando, los melocotoneros pueden producir unas cuantas nectarinas a partir del mismo brote mutado.

El melocotonero forma parte del folclore oriental. En China es símbolo de la larga vida y se decía que el durazno era consumido por los inmortales debido a sus místicas virtudes de longevidad. En Japón, se cuenta que Momotarô, uno de sus nobles héroes semihistóricos, nació del interior de un melocotón gigante que flotaba río abajo. Momotarô luchó vivió grandes aventuras y luchó contra diablos.