En un principio, se consideraban sustancias sin acción beneficiosa para la salud, pero más tarde se han demostrado sus múltiples efectos positivos sobre el organismo debido a su acción antioxidante y eliminadora de los radicales libres, como los rayos ultravioletas, la contaminación o las sustancias químicas presentes en los alimentos.
El organismo humano no puede producirlos, así que deben obtenerse mediante la alimentación o en forma de suplementos. Pero son esenciales por sus características antiinflamatorias que asisten al sistema inmunológico.
Los flavonoides se han utilizado en la medicina tradicional china desde hace miles de años para la protección cutánea, mejorar la función cerebral y regular la presión arterial y el azúcar en la sangre.
No se sabe muy bien cuál es la forma en la que operan los flavonoides en nuestro organismo, pero diversos estudios han demostrado la ingesta de estos compuestos con la prevención del cáncer, enfermedades cardiovasculares y neurodegenerativas.
Como hemos dicho existen más de 5.000 tipos de flavonoides. Según su estructura y la vía metabólica que siguen, se distinguen tres grupos: flavonoides, isoflavonoides y neoflavonoides. Dentro de esta gran familia vamos a ver en qué alimentos podemos encontrar los flavonoles, los flavanoles, las flavanonas, flavonas y antocianidinas.
Algunos de los alimentos del grupo de los flavonoles son el brócoli, las coles de Bruselas, los puerros y las cebollas. Se les adjudican propiedades antihistamínicas, antiinflamatorias y antioxidantes.
Los flavanoles, que están asociados a mejorar la salud cardiovascular y neurológica, los podemos encontrar en las manzanas, uvas, cacao, té verde y vino tinto.
Las frutas ricas en flavanonas, relacionadas con la salud cardiovascular, el relajamiento y la actividad antioxidante y antiinflamatoria, las podemos encontrar en las naranjas y otros cítricos.
Por su parte el apio, perejil, otras hierbas y chiles son buenas fuentes de flavonas, conocidas por sus propiedades antioxidantes y por retrasar el metabolismo de fármacos.
Por último, las antocianidinas, asociadas con la buena salud cardíaca y efectos que ayudan a controlar la obesidad y la diabetes, las podemos encontrar en los arándanos, ciruelas, uvas rojas, moradas y vino tinto.
Otros alimentos ricos en flavonoides son: cebolla, espárragos, lechuga roja, col, alcachofas, tomate, apio, fresas, frutos secos o el cacao.
Beneficios de los flavonoides
Los efectos beneficiosos de estas sustancias químicas para la salud son complicados de valorar, ya que depende mucho de la cantidad de flavonoides que se ingieran, así como del tipo. Ya hemos hablado de algunos tipos y de dónde encontrarlos. Pero también es verdad que influye mucho el método de cocinado de los mismos, porque la capacidad antioxidante de los flavonoides se puede ver reducida. Le afecta mucho la ebullición y, a mayor tiempo de cocción, mayor pérdida de sus virtudes.
También complica el saber los beneficios de los flavonoides, pues varían mucho en función del alimento y algunas especies vegetales contienen varios tipos de estos compuestos.
Todas estas cosas suman para que, de momento, no se pueda aconsejar qué alimentos ricos en flavonoides y en qué dosis concretas es beneficioso para la salud. Lo que sí está claro es que el consumo habitual de frutas y verduras ayuda mucho a combatir la aparición de diversas patologías.
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