Los cinco tipos de queso más ligeros para comer todos los días

Dentro del mundo de los quesos, los encontramos de todo tipo: algunos más pesados, otros ligeros, con sabores más fuertes o suaves... y aunque un buen queso de esos de olor intenso gusta mucho, también ese tipo de lácteo suele ser el que más grasas saturadas aporta a nuestra dieta. Por muy amantes declarados del queso fuerte que seamos, muchas veces nos vemos obligados a decantarnos por las versiones más ligeras.

¿Y cuáles son los quesos más ligeros? Los nutricionistas Fernando Carrasco Galán y Carlos Rodríguez Valverde, directores del centro Nutrygente, comentan que, si lo que buscamos son quesos con un bajo aporte energético, «debemos optar sobre todo por versiones como el queso cottage o el queso fresco desnatado, que suelen ser más bajas en calorías que otras versiones del queso como el manchego o el parmesano».

Comentan que otros, como el feta o la mozzarella pueden ser buenas opciones de quesos bajos en calorías. Aun así, apuntan que al existir tal cantidad distinta de quesos, la recomendación es «siempre mirar la etiqueta nutricional cuando vayamos a comprarlo».

El proceso de elaboración de un queso influye en si después va a ser más o menos enérgico. «Los quesos curados son los que más calorías aportan; los que menos son los que tienen un mayor contenido en agua como el queso fresco», indican los profesionales. Aunque estas versiones ligeras de los quesos son por lo general las más recomendables, si lo que queremos es reducir el aporte de calorías en nuestra dieta , apuntan los nutricionistas que «un queso no es más saludable porque no contenga grasa». Asimismo, advierten que aunque hay quesos como el curado que tienen más calorías, es importante tener en cuenta la ración que se toma de cada queso: «Normalmente las raciones de quesos curados son menores que las de quesos frescos, por ejemplo», dicen.

La dietista, nutricionista y colaboradora de ABC Bienestar , Elisa Escorihuela, desgrana en una corta lista cinco opciones para decantarnos por los quesos más ligeros y así consumirlos con regularidad:

1. Queso de Burgos. El queso de Burgos es un queso blando y acuoso de origen español. Aporta alrededor de 15 gramos de grasa por 100 g de producto, por lo que es un queso más ligero.

2. Ricotta. En España tenemos el requesón, que nos aporta una menor cantidad de grasas y calorías. Este queso nos ofrece la posibilidad de preparar tanto platos dulces como salados.

3. Mozzarella. La mozzarella fresca la conocemos todos y nos hace pensar en la cocina italiana. El aporte de grasa es baja, por lo que sería ideal reemplazarlo de vez en cuando por el queso curado.

4. Cottage. El queso cottage solo aporta cinco gramos de grasa por 100 gramos, lo que implica que las calorías aportadas también son muy bajas. Es un alimento rico en proteínas y probióticos. Suele estar presente en las dietas para deportistas o si buscamos bajar de peso.

5. Queso feta. El queso feta es un tipo de queso que se elabora a partir de la leche de oveja, o a veces con leche de oveja y cabra. Este queso lo solemos utilizar para completar nuestras ensaladas dando ese toque griego.

Más allá de qué tipo de queso elegimos, en general el queso es un alimento que tiene múltiples beneficios para nuestra dieta. El primero de ellos es su contenido en proteí nas : suele ser una manera fácil y rápida de incorporar este macronutriente en nuestra dieta, ya sea en sus versiones desnatadas como las enteras. «Al pertenecer al grupo de los lácteos, otro micronutriente como el calcio también está presente en su composición, algo a tener en cuenta sobre todo en mujeres y en personas mayores, cuyos requerimientos se encuentran aumentados», apuntan los directores de Nutrygente. Asimismo, los nutricionistas destacan que por su ya mencionado alto contenido en proteínas (y grasa, en caso de elegir las versiones más calóricas), el queso es un alimento muy saciante.

Para terminar, Elisa Escorihuela recuerda que, aunque el queso por lo general sea un alimento calórico, hay muchos factores que entran en juego en su consumo, por lo que, de primeras, no hay que eliminarlo de la dieta. « No es necesario que dejemos de comer queso , pero es interesante tener en cuenta la frecuencia y la cantidad de queso que solemos consumir, así como los distintos tipos que existen», dice. Lo dicho, el queso "ligero" siempre nos recibirá con los brazos abiertos.