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entrevista

Anton Corbijn: «Mucha gente se plantea alguna vez cambiar su vida»

Destacado por su trabajo como fotógrafo, reconoce que le atraen los personajes solitarios porque le recuerdan a él a solas con su cámara

Anton Corbijn: «Mucha gente se plantea alguna vez cambiar su vida» abc

patricia gardeu

Anton Corbijn, el director de «El americano», la película que nos muestra el lado más atormentado de George Clooney, reconoce que con ésta ha pretendido hacer un homenaje al «spaghetti western». No es por tanto casual que la historia de Jack, este asesino a sueldo en busca de redención, se desarrolle en la región italiana de Abruzzo.

«Muchos americanos tienen origen italiano. De ahí, esa fascinación por Italia. Lo que pasa es que la mayoría de las películas se ruedan en Venecia, Roma o la Toscana, no en un lugar como éste, alejado de turistas», explica el director, y añade: «Por ese motivo decidimos continuar aquí el rodaje, a pesar de que entre que localizamos y rodamos ocurrió el terremoto del L'Aquila. Los italianos nos lo agradecieron mucho. Además, la peor forma de mirar un país es como turista».

Otro aspecto en común con el mítico género italiano es el modo de dosificar la información: «Aquí no es importante conocer demasiadas cosas del protagonista». «Es suficiente —matiza Corbijn— con ser testigos de cómo su amor por construir va desembocando en el amor por una mujer». Aspectos que la convierten, según el propio director, en «una película diferente», donde el temor inicial residía en que el actor fuese a eclipsar al personaje. Dudas que quedaron disipadas al inicio del rodaje: «Jack es un personaje tan oscuro y Clooney lo interpreta tan bien, que logras olvidarte de la estrella».

El tema de la redención, tan presente en la película, atrae a Corbijn por «la cantidad de personas que se plantean en algún momento cambiar sus vidas». «Jack es un hombre solitario, un asesino a quien al principio de la película le ocurre algo que le obliga a plantearse la vida y lo que está haciendo», añade.

A Corbijn le atraen los personajes solitarios. Quizás, confiesa, «porque me recuerdan a mí, a mi visión romántica del fotógrafo a solas con su cámara... Pero claro, ¿qué queda de solitario en un rodaje cinematográfico?».

«Control», pasado musical

La necesidad de recrear esa soledad humana es uno de los paralelismos que señala con su ópera prima «Control», el biopic sobre el desaparecido cantante de Joy Division, Ian Curtis. La película deja visible el pasado de vídeos musicales y fotografías del que procede Corbijn, y que influye en que los paisajes y los elementos visuales, tan cuidados durante el rodaje, sean una de las claves del film. «Cuando buscaba las localizaciones, tenía muy claro que quería integrar el paisaje».

Otros aspectos destacados en la película son la poca utilización de la música, y un ritmo contenido. «Al hacer videoclips —explica—, aprendí a contar una historia desde las imágenes; y al principio, me planteé no utilizar música, pero después opté por algo mínimo, que sirviera para acusar la sensación de peligro de algunas escenas». A pesar de eso, Corbijn reconoce que aún no ha encontrado su propio estilo, «y no sé si sería bueno que lo encontrara o parte del encanto está en la búsqueda».

Corbijn asegura que estuvo muy implicado en cada aspecto del rodaje, sin olvidar la creación del cartel, del que se hicieron hasta cuarenta versiones, y del que le encantó, especialmente, el color naranja del fondo, «como buen holandés».

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