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La Tierra antigua, como la actual

Hace 450 millones de años, en pleno periodo Ordovítico, el mundo era muy diferente al que nosotros conocemos

La Tierra antigua, como la actual

JOSÉ MANUEL NIEVES

Un equipo internacional de investigadores ha conseguido reconstruir los patrones climáticos de finales del Ordovítico , un periodo de más de 44 millones de años que se extiende desde hace 488 hasta hace 443 millones de años. Y se ha encontrado con la sorpresa de que esos patrones son muy similares a los que se dan en la actualidad.

"Aquellos antiguos océanos -explican los científicos en un artículo recién aparecido en PNAS-, muy similares a los actuales, refuerzan la idea del papel que juegan en la estabilidad de la atmósfera terrestre y del clima a través de los tiempos, y muestran que el aumento actual de los gases de efecto invernadero a causa de la acción del hombre es algo mucho más preocupante de lo que pensábamos".

Hace 450 millones de años, en pleno periodo Ordovítico, el mundo era muy diferente al que nosotros conocemos. El día duraba cerca de 21 horas, el nivel de oxígeno no era capaz de sustentar animales terrestres y el clima era, generalmente muy cálido y húmedo.

Un enorme oceano rodeaba Gondwana, Siberia, Báltica y Laurentia, los continentes que agrupaban a los cinco que existen en la actualidad. Tras la explosión de vida del Cámbrico, todos los géneros conocidos se asentaban en el mar y se perfeccionaban, aunque aún faltaba mucho tiemo para que surgieran los primeros animales capaces de vivir fuera del agua.

El periodo Ordovítico transcurrió en medio de dos grandes episodios de extinción, las que sucedieron en el Cámbrico- Ordovítico y la que tuvo lugar al final del periodo, en el Ordovítico-Silúrico . Juntas, forman la segunda mayor extinción de todas las sucedidas en la historia de nuestro planeta.

Sin embargo, y a pesar de las enormes diferencias, los hallazgos presentados en PNAS muestran que los patrones climáticos de aquellos tiempos lejanos eran sorprendentemente similares a los actuales. "Los científicos siempre hemos pensado que el mundo en el pasado era muy diferente del nuestro en muchos aspectos -dice el artículo científico- incluyendo el hecho de unos niveles de dióxido de carbono en el aire muy superiores (más de veinte veces) a los de la actualidad. Sin embargo, es muy difícil deducir con exactitud los niveles de dióxido de carbono a partir de rocas antiguas, y se sabe que, precisamente a finales del Ordovítico, se produjo, paradójicamente, una breve pero intensa glaciación, algo muy difícil de encajar en un mundo con un alto nivel de gases de efecto invernadero".

Los investigadores llegaron a sus conclusiones estudiando la distribución global de un pequeño, abundantísimo y sin embargo aún poco conoicido grupo de fósiles llamados Chitinozoos (en la imagen), probablemente conchas de alguna forma extinta de plancton, antes y durante la glaciación de finales del Ordovítico. Y encontraron un patrón que revela la situación de los distintos patrones climáticos, incluidos, or ejemplo, los frentes polares, que separan las frías aguas cercanas a los polos de las de latitudes más bajas, que son mucho más cálidas.

La posición de estos patrones climáticos cambió a medida que la Tierra iba adentrándose en la glaciación del Ordovítico, pero de una forma muy parecida a la que lo hacen en tiempos mucho más recientes. por ejemplo durante la última Edad de Hielo. Esta forma "moderna" de comportarse sugiere que los niveles de dióxido de carbono no debieron ser en aquél momento tan altos como se creía, sino mucho más modestos, no más de cinco veces (y no veinte) los valores actuales.

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