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La carne porcina española se lanza a por nuevos mercados

China ya se ha convertido en el principal destino de las exportaciones

REUTERS
María José Pérez-Barco

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Japón, Corea del Sur, Hong Kong, Filipinas, Taiwán... poco a poco las empresas españolas de carne de porcino conquistan nuevos mercados. La reciente apertura del mercado de México y la ampliación de empresas autorizadas a exportar a China son síntomas del buen camino que han emprendido las exportaciones en este sector. De hecho, las ventas en países extranjeros de carne y productos elaborados del porcino español han registrado un nuevo récord en los seis primeros meses de este año al alcanzar 1,03 millones de toneladas vendidas (un 25,2% más que en el mismo periodo del año anterior) y 2.125 millones de euros de facturación, según datos de Interpoc, la Organización Interprofesional Agroalimentaria del Porcino de Capa Blanca.

Si bien la mayor parte de las exportaciones del sector (65%) terminan en países europeos, los mercados asiáticos están ganando cada día más terreno (35%). De hecho, los datos de este año indican que China se ha convertido en el destino predilecto de nuestras ventas exteriores porcinas, que se incrementaron en el gigante asiático nada más y nada menos que en un 151%, pasando de las 85.000 toneladas en los seis primeros meses de 2015 a más de 215.000 en el mismo periodo de 2016. Por primera vez, China ha desplazado a Francia, que era nuestro primer mercado y donde se vendieron 160.000 toneladas. En tercer lugar está Italia (84.000 tn) y después Portugal (65.000) y Japón (49.000).

Es un producto de calidad y competitivo, que se exporta a 126 países

«El continente asiático y especialmente China, Japón y Corea del Sur presentan indudables oportunidades para seguir potenciando la internacionalización», afirman desde Anice (la Asociación Nacional de Industrias de la Carne de España ) y la OECE (Oficina de Exportación de la Carne de España).

Y varios factores contribuyen a ello. «La proyección hacia el mercado asiático y hacia Oceanía es por razones obvias. Se trata de países donde el crecimiento de la población es muy importante, y la clase media es cada vez mayor, no solo en número de personas sino también porque tienen cada vez más poder adquisitivo y quieren productos de calidad», cuenta Alberto Herranz, director de Interpoc.

Y en eso las empresas españolas han sabido hacer sus deberes. «El fuerte desarrollo de la cadena de producción e industrialización ha dado pie a que mirar hacia fuera se haya convertido en una estrategia de estas empresas en lugar de solo un recurso para vender lo que no absorbía el mercado español», dicen desde Anice y OECE.

La carne de porcino española tiene calidad, es muy competitiva y llega ya a 126 países. Gracias a que «las compañías han sido capaces de dotarse de estructuras productivas cada vez más eficientes posibilitando ganar en competitividad. Además se ha acompañado de una importante mejora del status sanitario de la cabaña de porcino y de importantes inversiones en modernas intalaciones industriales con avanzados sistemas y procesos tecnológicos», explican en Anice.

La gran variedad de productos que ofrece el porcino hace que se pueda acudir a cualquier mercado. Se exporta sobre todo carnes frescas y despojos, estos últimos muy apreciados en China, Hong Kong, Filipinas, Japón y Vietnam. Después: embutidos, tocino, jamones y paletas curados, manteca fundida, preparados y conservas, jamones y paletas cocidos, panceta salada y grasa fundida.

Largas negociaciones

Sin embargo, algunos mercados están fuera de nuestro alcance. Australia, India, Chile, Colombia... entre otros. «No se puede exportar donde queramos», afirma Herranz. «Tenemos que pasar por un proceso muy largo: el país de destino tiene que dar autorización y eso necesita una serie de negociaciones también a nivel político, burocracia...», añade. De ahí, que el sector reclame mayor apoyo y colaboración de las administraciones.

A veces incluso las garantías de sanidad en países terceros son más restrictivas que la normativa europea, y hay que adaptarse. De hecho, las cinco nuevas empresas españolas que pueden exportar carne de cerdo a China (desde el pasado 31 de agosto) llevaban negociando desde junio de 2015, incluyó la visita de las autoridades chinas a varios establecimientos cárnicos españoles. Así, España se consolida como el país europeo con mayor número de establecimientos autorizados (26) en China por delante de Alemania, Dinamarca y Francia.

«El futuro está en consolidar los mercados exteriores ya abiertos y promover la apertura de nuevos mercados». De ahí que también los objetivos se dirijan a Iberoamérica. «Se están poniendo muchos esfuerzos en Panamá, Costa Rica, Honduras...», dice Herranz. «Y crecer todo lo posible en productos de mayor valor añadido, productos elaborados que nos diferencien de la competencia de otros países», señalan desde Anice.

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