El campo sortea la crisis gracias a las exportaciones

En palabras del ministro del ramo, Miguel Arias Cañete, la agricultura y la ganadería están siendo uno de los pilares para la recuperación y es «punta de lanza» de la internacionalización de la economía española. Y lo que es más importante: aún tiene «capacidad para alcanzar mayores cotas de desarrollo comercial». Esto se ha logrado gracias al tirón de las exportaciones, que lograron un saldo favorable del 10,2% por incremento de las exportaciones (2,8%) y la reducción de las importaciones (5,4%).

En este capítulo, frutas y hortalizas llevan la batuta en cuanto a envíos al exterior. Este sector demuestra un año más su fortaleza y competitividad, pese al escenario de crisis. Durante 2013 las exportaciones hortofrutícolas en fresco crecieron un 11% en valor, -totalizando 10.682 millones de euros- y un 7% en volumen, hasta los 11,8 millones de toneladas, según el Departamento de Aduanas, dependiente del Ministerio de Economía.

Las frutas obtuvieron unos ingresos de 6.351 millones de euros, un 11% que el año anterior y 7,1 millones de toneladas (un 4,5% más). Merecen especial mención de los cítricos, con un aumento del 6,43% respecto a los dos últimos años, hasta totalizar 683.322 toneladas. Destacan también los envíos de nectarinas, que se incrementaron un 22% en valor, melocotón (14%) y frutos rojos, como frambuesas y arándanos, con un 31 y un 33% más, respectivamente.

En cuanto a las hortalizas tuvieron un aumento del 11% en valor (4.331 millones) y del 10% en volumen (4,6 millones de toneladas). Las principales exportaciones corresponden a tomate, con un incremento del 7% en valor, pimiento (del 18%) y pepino (8%).

La mayor parte de nuestros envíos de frutas y hortalizas, en un 92% van a la UE y solo un 8% son extracomunitarios, cuyas exportaciones solo subieron un 3%. Estos mercados, son, a juicio de la Federación Española de Productores Exportadores de Frutas y Hortalizas (Fepex), una de las asignaturas pendientes, ya que a pesar de contar con la capacidad exportadora suficiente, en muchas ocasiones debido a legislaciones muy proteccionistas y a una fuerte competencia de otros mercados, no se consigue aumentar los cupos o entrar en nuevos países.

Buscar más valor añadido

Al igual que ocurre con el vino o el aceite de oliva, donde el valor añadido está en la comercialización del producto embotellado, muchas empresas han sabido también apostar por la diversificación de sus producción y transformar el producto fresco en envasado dándole un mayor valor añadido, como ocurre con los zumos. En este sentido, el presidente de la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (Asaja), Pedro Barato, destaca la buena labor de la industria alimentaria que ha sabido apostar por esta forma de comercialización «y se está invirtiendo la tendencia de ser un país netamente importador».

El sector del vino, que merece un capítulo aparte, es un gigante mundial tanto en producción (unos 50 millones de hectolitros al años), como en exportación (unos 2.300 millones de litros). Lo mismo ocurre con el aceite de oliva, donde nuestro país -que cuenta con 2,45 millones de hectáreas de olivar- obtiene más de la mitad de la producción mundial, estimada en 3 millones de toneladas según datos del Consejo Oleícola Mundial. El aceite de oliva se exporta a más de 140 países, añade Barato.

También tienen una clara vocación exportadora, y han sido claves en el resultado de la balanza comercial, algunos sectores ganaderos como el porcino, el vacuno y el menor medida el ovino y la avicultura.