Julia Gutiérrez Caba: «A los políticos les digo que estoy triste, que hagan algo»
La actriz recibió el premio Corral de Comedias en la jornada inaugural del festival de Almagro
JULIO BRAVO
«A los políticos, que lo invaden todo, les digo que mi profesión, que nunca ha sido fácil, atraviesa una mala situación, y que no tengo más remedio que decirles que estoy triste. Y que hagan algo. La cultura es lo único que puede hacer ... al ser humano más libre». Sin alzar su voz educada y acariciadora, sin aspavientos ni gestos airados, con la autoridad que le confieren su extraordinaria categoría como actriz y los muchos años de carrera sobre los escenarios, Julia Gutiérrez Caba habló con esta contundencia durante su intervención en la entrega del XIV premio Corral de Comedias de Almagro . Y lo hizo delante de autoridades estatales, autonómicas y locales: allí estaban José María Lassalle, secretario de Estado de Cultura; María Dolores de Cospedal, presidenta de la Junta de Castilla-La Mancha, y Luis Maldonado, alcalde de Almagro.
Antes de esta chaparrón, discreto, pero contundente, sobre Almagro había caído una violenta tormenta que obligó a trasladar el acto, que estaba previsto que se celebrara en el Corral, al teatro Municipal. Sobre su escenario (que celebra sus ciento cincuenta años de vida), Julia Gutiérrez Caba lamentó no haber podido pisar por primera vez el escenario del Corral de Comedias , donde curiosamente no ha trabajado nunca. Y se refirió al galardón otorgado por unanimidad por el festival de Almagro como «melancólico, porque estos premios son como decir adiós poco a poco».
La había recibido una estruendosa ovación al salir a escena, rodeada de un puñado de amigos y seres queridos: su sobrina-nieta, Irene Escolar; el director Jaime de Armiñán, y los escritores Elvira Lindo y Manuel Rivas. Abrió el acto Natalia Menéndez, directora del festival de Almagro , con una cariñosa semblanza de la actriz , y la soprano Sonia de Munck le cantó la romanza «Me llaman la primorosa», de la zarzuela "El barbero de Sevilla".
A continuación, Jaime de Armiñán reveló, en una campechana intervención, el modo en que se llamaba a la actriz: «Juliguti». «Me lo puso un compañero -apuntó Julia Gutiérrez Caba. Él decía: Juliguti, la reina de la frivolidad». Muy emocionada, tratando de mantener la concentración y muy en actriz, Elvira Lindo habló de ella como una «referencia, un consuelo y un espejo», y alabó su «poderosa fragilidad». Irene Escolar, el eslabón más joven de esa férrea saga de actores que son los Gutiérrez Caba (tiene sus orígenes en el siglo XIX), trajo a la memoria los juegos infantiles de Julia y de su hermana Irene, destacó el «poder hipnótico» de su tía abuela y los dibujos de mujeres deseándole suerte que le envía cada vez que estrena un nuevo proyecto: «Cuando estoy con ella», no tenga miedo.
Manuel Rivas , en su hermosa laudatio, usó un leitmotiv: «Nunca pasa nada» (el título de una película de Juan Antonio Bardem que la actriz protagonizó, y dijo: «Ella está donde tiene que estar. El representar ya es una resistencia». Por la pantalla de video desfilaron también amigos y compañeros: Emilio Gutiérrez Caba , José Luis Gómez, Ana María Ventura (testigo del mudo debut de Julia Gutiérrez Caba: no se atrevió a decir su frase y la tuvo que decir su madre por ella), Luis San Narciso, Marta Puig, Javier Gutiérrez, Pilar Bardem, Belén Rueda, Verónica Forqué y Nuria Espert.
Cerraron el acto los «invasores», los políticos, José María Lassalle se refirió a la actriz como «representante de la excelencia y ejemplo de dignidad, de lo mejor de la cultura española», antes de que la música de Frank Sinatra acompañara la ovación final.
Con este acto arrancó la XXXVII edición del festival de Almagro , que trasladó después el protagonismo de su primera jornada al Hospital de San Juan, donde la Compañía Nacional de Teatro Clásico ofreció su habitual estreno, en este caso una nueva producción de «Donde hay agravios no hay celos», de Francisco Rojas Zorrilla. Nunca antes la CNTC había interpretado esta divertida comedia de enredo, que ha dirigido Helena Pimenta sobre una soberbiamente clara versión de Fernando Sansegundo.
El público rio y aplaudió con ganas un espectáculo redondo, ingenioso, lleno de detalles y muy equilibrado, interpretado por David Lorente, Jesús Noguero, Óscar Zafra, Rafa Castejón, Marta Poveda, Clara Sanchis, Fernando Sansegundo, Natalia Millán y Mónica Buiza, con el acordeonista Vadzim Yukhnevich. La escenografía es de Esmeralda Díaz, el vestuario de Tatiana Hernández, la iluminación de Juan Gómez Cornejo, la adaptación musical de Ignacio García y la coreografía de Nuria Castejón. El montaje ha contado con la colaboración de dos referentes del teatro clásico español: Jesús Esperanza (maestro de esgrima) y Vicente Fuentes (asesor de verso).
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