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Casa Mediterráneo se vacía de contenido y presencia en Alicante

La directora vuelve a llevarse fuera otro acto, este lunes en Madrid, tras la controversia por celebrar un foro en Barcelona en busca de repercusión

J. L. FERNÁNDEZ - Actualizado: Guardado en: Actualidad

Casa Mediterráneo mantiene su sede en Alicante, al menos sobre el papel, aunque por la celebración de sus eventos de más relumbrón, se diría que pertenece más a Madrid, Barcelona y Valencia. Su actual directora, Almudena Muñoz, está vaciando de contenido y presencia esta institución en la capital de la Costa Blanca.

El próximo lunes, sin ir más lejos, se ha llevado a Madrid la conferencia titulada «La influencia de España en el escenario internacional», que ofrecerá el ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, José Manuel García-Margallo, un acto en el que también intervendrá Julio Luis Martínez, el rector de la Universidad Pontificia de Comillas, sede del evento.

Al parecer, la política de la directora de Casa Mediterráneo apunta a dejar para la agenda alicantina únicamente las actividades de tipo cultural, como el cine, actuaciones musicales... con frecuencia de artistas de países del Magreb, mientras que los actos con más peso por la presencia de dirigentes políticos y diplomáticos se reservan para Madrid y Barcelona. La justificación que Muñoz Guajardo ha transmitido a su entorno es que, hasta ahora, la oferta desplegada en Alicante ha contado con una escasa acogida del público de la zona, y tampoco ha despertado el interés mediático que ella esperaba.

Decepción

Fuentes cercanas al consorcio rector de Casa Mediterráneo no ocultan su decepción por esta gestión que aleja a la entidad pública dependiente del Ministerio de Exteriores de su sede original, que incluso requirió la rehabiitación de la antigua terminal ferroviaria de Murcia-Benalúa.

Tal como se presentó el proyecto de implantación en Alicante, el objetivo también apuntaba a promocionar la ciudad, darle proyección a su imagen con la presencia regular de personalidades y atraer visitas de los países ribereños del Mediterráneo.

Por eso, sentó tan mal en octubre la celebración del I Foro Económico del Mediterráneo en la capital catalana, así como una cumbre del agua en Valencia. La directora de Casa Mediterráneo salió al paso de las fuertes críticas suscitadas por ambos eventos fuera de Alicante asegurando que solo eran colaboradores en su organización, que estaba en manos de Unión para el Mediterráneo (UPM). No obstante, previamente había cuestionado las condiciones e infraestructuras alicantinas para poder acoger este tipo de encuentros de alto nivel.

Tanto la alcaldesa, Sonia Castedo, como la oposición recriminaron a Muñoz estas declaraciones que su entender ocasionaban un perjuicio para la imagen de la ciudad, donde el turismo representa tradicionalmente una fuente fundamental de ingresos para buena parte de la población.

Uno de los intentos de imbricar Casa Mediterráneo en la realidad social más cercana consistió en el acercamiento al movimiento vecinal de Benalúa, el distrito más próximo a la sede. Tanto para la colaboración en actividades de interés para este barrio, como con la idea general de que los residentes puedan aprovechar las remozadas instalaciones de la antigua Estación de Benalúa para el uso cotidiano, como lugar de encuentro. Al principio, el proyecto de rehabilitación era más ambicioso y ofrecía más posibilidades para el desarrollo de actividades culturales con público.

En la agenda más reciente de Casa Mediterráneo, también se aprecia la vocación de extender sus redes entre el movimiento asociativo local. Por ejemplo, con un «intercambio lingüístico mediterráneo» que programa reuniones a partir de enero para la práctica de idiomas debatiendo cuestiones de diplomacia. También, la colaboración con la comunidad judía en Alicante para celebrar la festividad del Janucá.

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