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Destapan en Gran Bretaña un fraude fiscal detrás de las empresas cazatesoros

Grandes fortunas de la City londinense y celebridades británicas se aprovecharon de una trama de bancos y empresas casi todas quebradas, revela «The Times»

Destapan en Gran Bretaña un fraude fiscal detrás de las empresas cazatesoros abc

juan carlos delgado

Que Gran Bretaña alimenta el negocio de los cazatesoros es algo que ya sabíamos, dado su apoyo continuo a empresas como la estadounidense Odyssey Marine Exploration , cuyos barcos estuvieron en Gibraltar con el patrocinio del Ministery of Defense mientras expoliaban la fragata «Mercedes». Pero ahora se ha conocido que varias celebridades y un selecto grupo de empresarios ingleses han invertido más de 110 millones de libras (136,5 millones de euros) en empresas cazatesoros, lo que además les ha permitido evadir impuestos por valor de varios millones de libras , según ha contrastado «The Times».

Entre los presuntos evasores de impuestos se encuentra el famoso aventurero y popular presentador de TV Bear Grylls . Pero el caso alcanza al corazón de la City puesto que también David Harding −el mayor activo financiero de Londres− y Stephen y Julie Pankhurst , los co-fundadores de Amigos web Reunited, se encuentran entre las 129 personas que han invertido en 18 empresas de «salvamento de naufragios», que ofrecen ventajas fiscales ahora bajo una seria investigación por la Agencia Triburaria y de Aduanas británica.

Harding financia con 50.000 libras al año al Partido Conservador, y ha invertido en estas empresas 4 millones de libras . Contactado por «The Times» la semana pasada, dijo que él ha pagado el 39 por ciento de impuestos el año pasado, pero confesó que en relación con su plan de deducciones se siente «limpio» . Harding, fundador del quinto fondo de cobertura del mundo, filántropo que ha dado 20 millones de libras para crear el Laboratorio Cavendish en Cambridge, dijo que era consciente de que su inversión sería «fiscalmente eficiente» .

Modus operandi

Según desvela «The Times», el Grupo de Robert Fraser , a través de un banco privado, ha creado algunas empresas que fletan barcos para rescatar lingotes de oro, plata y joyas de, por ejemplo , pecios fenicios del siglo IV a. C. (que no están en el Atlántico, precisa mente, con lo cual dañan el patrimonio de las naciones ribereñas del Mediterráneo). Si al final se halla un «tesoro» −en su terminología−, los inversores ganan cinco veces el capital aportado. Si no, compensan el costo desgravando impuestos.

Por medio de un préstamo complejo, algunos inversores han reclamado desgravaciones fiscales por valor de hasta el doble del monto de su inversión. Sobre una cantidad de 250.000 libras, uno de los inversores recibió un préstamo de 750.000 libras a través de un banco de propiedad de Robert Fraser. Si la búsqueda fallaba, el inversor podría reclamar una desgravación fiscal por un millón de libras al completo , lo mismo que si la firma iba a la quiebra (algo que ocurrió a la mayoría de las empresas de Fraser). Pero en lugar de devolver el préstamo, se le permitió «asignar» la deuda a su esposa , y podría volver a él libre de impuestos al día siguiente. Se ha calculado que por este y otros medios generaron beneficios fiscales por valor de 400.000 libras para un capital de 250.000 , con la ventaja adicional de que las búsquedas pueden encontrar un tesoro.

Las personas involucradas mantienen que la operación era comercial y no fiscal. Pero el análisis de las compañías marítimas Robert Fraser muestra que 11 de las 18 han declarado pérdidas totales . Otras cuatro empresas han perdido millones, pero no han llegado a la bancarrota. Una sola empresa ha encontrado un «tesoro», según Colin Emson, presidente de Robert Fraser, y se recuperó «una cantidad sustancial de la carga».

El alto riesgo de la inversión no amedrentó al magnate de los fondos Anthony Clake, quien invirtió 17 millones en seis de las empresas de Robert Fraser, según el Registro Mercantil. Ni a Paul Marshall, de los fondos Marshall Wace y prominente donante del Partido Liberal Demócrata, que invirtió 1,9 millones. Rupert Sebag-Montefiore, presidente de Savills Residential Reino Unido, con 299.000 libras , y con un millón David Courtley, expresidente de Fujitsu.

Alto poder adquisitivo

Marshall y Clake aseguraron a «The Times» que habían invertido en varias empresas de salvamento de naufragios, incluyendo las de Robert Fraser, y en total explotaron 11 pecios , incluyendo un botín de plata, en probable referencia al «Garisoppa», buque excavado por Odyssey. Ambos negaron haber desgravado indebidamente. Por el contrario, aseguran que las firmas crean empleo cualificado y el Estado ingresa el triple.

Un responsable del grupo Fraser comentó: «Hemos armado algo para gente de muy alto poder adquisitivo que paga mucho más al Gobierno de la ayuda que le vayan a dar. Sigo en contacto con la Agencia Tributaria y Aduana y lo entienden perfectamente». Y añadió que «no se trata de estrategias de evasión fiscal y cuando los pecios aparecen, y se recupera la carga, se pagan al Tesoro importantes sumas». Incluso explicó que la transferencia del préstamo a un niño puede ahorrar en el impuesto de sucesiones. «Estamos en la periferia externa del mundo fiscal », dijo. «Esta ingeniería financiera medianamente sofisticada no es ni más ni menos lo que todo el mundo hace».

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