enciclopedia británica
«Siempre le digo a Jimmy Whales que el modelo de Wikipedia es el del mendigo»
ABC analiza con Ian Grant, director general de la filial europea de Enciclopedia Británica, el futuro del negocio editorial
borja bergareche
La Enciclopedia Británica sacudió el universo editorial a mediados de marzo con el anuncio de que abandonaba la edición impresa del compendio de saber creado en Edimburgo hace 244 años. Estalló la nostalgia, pero sus responsables no tenían duda. La compañía, con sede en ... Chicago y filiales en Nueva Delhi, Seúl, Tokio, Sydney y Londres (la más grande, responsable de Europa, África y Oriente Medio) obtiene el 85% de su negocio de productos educativos y académicos, su gran base de clientes. Es una compañía rentable que ha hecho en el último año fiscal uno de sus mejores ejercicios . En la era digital no hay tiempo para la melancolía.
«La Británica», como se conoce, es ya para ellos «una base de datos de información continua», que pueden actualizar en 24 horas, según nos explica el responsable de la filial europea, Ian Grant, en una entrevista con ABC en su despacho en Londres.
—¿Qué es lo que ha cambiado en estos 244 años de existencia de la Británica?
«En EE.UU. el mercado del libro de ficción de bolsillo ya es para "e-books"»
—El ritmo de la innovación tecnológica. Llevamos 28 años publicando digitalmente, 18 años online y dos años en formatos para móviles. Nuestra forma de llegar a nuestros clientes ha respondido a los cambios en la manera de entender la información de los usuarios. La novedad ahora es que las ventas de dispositivos móviles se extienden a una velocidad mucha mayor que los ordenadores personales, y el reto es hacer frente a ese deseo enorme en los consumidores de recibir información en el móvil. En EE.UU., el mercado de libros de bolsillo de ficción ya es un mercado de “e-books”.
—¿Cuál ha sido el mayor cambio interno?
—La revolución editorial que ha supuesto adaptarnos a estas transformaciones tecnológicas. Tenemos 100 editores a tiempo completo, organizados por temas, y unos 4.000 colaboradores en todo el mundo para escribir artículos. Los textos son sometidos a un proceso de edición clásico. Se verifican los datos con varias fuentes, se edita también el estilo para mantener la «voz» de la Británica, y también se revisan para asegurarnos de que mantienen el formato de nuestros artículos (resumen, explicaciones, conclusiones, citas y recomendaciones de lectura). El cambio ha sido la velocidad a la que se produce este proceso. Después del tsunami en Japón, actualizamos entradas como «Japón», «tsunami» o «energía nuclear» en 19 horas. Ya no habrá revisiones de la edición impresa cada dos años, o ediciones nuevas cada 12-15 años, sino que Británica ahora es como las noticias, una base de datos de información continua en transformación permanente.
—Pero su negocio está en la educación...
—Sí. En el ámbito profesional, legal o científico, las formas de consumo online están muy establecidas. En el ámbito académico, los estudios muestran que quieren recibir información online, ya sea en casa o en la biblioteca, pero también en formatos físicos. El reto es hacer llegar la información en cualquiera de estas formas sin interrupciones, y la convergencia tecnológico en torno al lenguaje HTML 5 lo está haciendo posible.
—¿Cuál es el objetivo último?
—La disponibilidad permanente y ubicua de la información, en casa, en clase, en el autobús o en un café.
—¿Se va a abrir Británica a la filosofía wiki?
—Siempre hemos estado abiertos a los comentarios y sugerencias de los usuarios, pero la diferencia es que el uso o no de ese material responde a una decisión editorial, no es «crowd-sourcing».
—¿Van a intentar monetizar su comunidad?
—Queremos ampliar nuestra comunidad de usuarios, pero no esperamos sacar dinero con ellos puesto que la mayoría de nuestros clientes son instituciones académicas, entre las que figuran varias universidades españolas.
—¿Será gratuito el contenido de la Británica?
«Los colegios no deberían promover Wikipedia entre los ninos»
—Para el mercado de gran consumo tenemos los diccionarios Merriam-Webster, que son gratuitos. Discuto mucho de esto con Jimmy Whales [fundador de Wikipedia ]. Nuestro modelo de negocio se basa en satisfacer a nuestros clientes para que renueven sus suscripciones, mientras que el de Wikipedia es el del cestito de mendigo para pedir dinero a la gente.
—¿Qué ofrece la Británica que no esté en Wikipedia?
—Google es genial, pero no da información sobre la calidad y la proveniencia de lo que sus algoritmos han encontrado. Wikipedia también es brillante. En general ofrece bastante información, y «bastante y gratis» suele ser suficiente para muchos adultos. Pero si eres un niño, no tienes la perspectiva suficiente para juzgar lo que estás leyendo, por lo que los colegios no deberían promover Wikipedia. Británica ofrece a sus usuarios la confianza en que les estamos dando la información precisa que necesitan al nivel que demandan, porque publicamos todo para tres grupos de edad diferentes: adultos, alumnos de secundaria y alumnos de primaria.
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