Suscríbete a
ABC Cultural

«La noche de los tiempos»

Antonio Muñoz Molina. Seix Barral (Barcelona, 2009). 960 páginas

«La noche de los tiempos»

Antonio Muñoz Molina se adentra en "La noche de los tiempos" (Seix Barral) como si hubiera tomado un taxi en el verano madrileño de 1936 y sus ojos narraran por encima de la ventanilla un paisaje con  almas desgarradas. Ese es el sentimiento que ... habita esa noche de los tiempos, la sensación de que uno estaba partido y de fuerzas demasiado violentas que tiraban de un lado y de otro. La gente lo que quería era vivir. El escritor, que incardina su propia voz al relato en momentos determinados porque así está imaginándose, se sitúa en el lugar de los hechos, se mete en la piel del cordero y se coloca en el punto de vista de unas personas que padecen unas determinadas circunstancias históricas; pero no le ha salido, ni él pretendía hacerlo, una novela histórica, sino que ha edificado una prodigiosa obra y narración en el presente. Absolutamente magistral "La noche de los tiempos". Muñoz Molina quería sentir cómo era la vida para una persona en ese momento, año 1936, antes, durante y después de lo que dio origen a la incivil guerra fratricida. El protagonista, el arquitecto Ignacio Abel, es alguien que comparte con Moreno Villa y con Max Aub y con muchísima gente de entonces la posibilidad de hacer que España, que era un país injusto, atrasado y poco democrático, se convirtiera en una nación democrática, en la que fuera posible la justicia y en donde se cumplieran las promesas mejores de la modernidad. Ese es un proyecto que sintió y en el que participó mucha gente, y que por una razón u otra fracasó en 1936, o fue hecho fracasar, y después se ha intentado reconstruir. Como argumenta Muñoz Molina , la reconstrucción se hizo a partir de la Constitución de 1978: intentar crear un país que sea democrático, en el que exista la posibilidad del avance, del progreso en la justicia y de la igualdad entre las personas, y en donde la discordia se resuelva de manera civilizada. Las gentes que narra Muñoz Molina en "La noche de los tiempos" vivieron esas circunstancias en un contexto europeo y mundial muy determinado. Si se narra la Guerra Civil española en términos exclusivamente españoles sale una cosa como antropológica, que no es el resultado de esta espléndida novela río de Muñoz Molina. Hay muchas circunstancias históricas y una de ellas es qué está sacudiendo Europa en esos momentos. Para un novelista imaginar esas vidas, contar unas vidas humanas verosímiles, pertinentes, que puedan hablarle al lector, es un desafío muy grande que al escritor jiennense, al principio de la noche de los tiempos, le dejó desalentado, y que ha resuelto con prodigiosa maestría. Porque Antonio Muñoz Molina no sabía si honradamente se podía escribir una novela ambientada en una época que él no había vivido y que tuviera verdad, que no fuera una mera redacción, una trampa. Y la única manera que se le ocurrió después de darle muchas vueltas y de muchos fracasos fue que dentro de la novela estuviera explícita esa voluntad de romper la tensión del tiempo, por usar una expresión de Vladimir Nabokov. Porque es muy fácil pensar, imaginar pero no sabemos cómo era el pasado.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia