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ANÁLISIS

Probamos Nintendo NES mini, más nostalgia que consola

La réplica del equipo de los años ochenta viene con treinta juegos preinstalados, es fácil de conectar, aunque el cable del mando es algo corto

Detalle de la consola clásica NINTENDO
J.M. Sánchez

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La nostalgia es un dragón de dos cabezas. Una de ellas es buena. Causa empatía. Gusta a muchos. Es seductora. La segunda es maligna. Rompe la magia del recuerdo. Anula la parte más onírica y ensoñadora de los acontecimientos que se instalan en el cerebro, ... que por suerte todos tenemos uno. Algo así es la consola de Nintendo NES mini . No es una consola ad hoc, o sí, porque se puede jugar a videojuegos, pero no los más actuales. Sí atrae y contenta, pero puede que más de uno sienta más ternura que emoción. En cualquier caso, estamos ante un emulador de juegos retro y, en líneas generales, cumple con lo que promete.

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