Probamos el Google Pixel 9 Pro XL: ¿un móvil tan bueno como todos dicen?

Empezamos con la pantalla OLED de 6.7 pulgadas con una resolución de 1440 x 3120 píxeles y una tasa de refresco de 120 Hz del Pixel 9 Pro XL. Además de ofrecer una mejor resolución que anteriores modelos, también optimiza el consumo de batería gracias a su tecnología LTPO, que ajusta dinámicamente la tasa de refresco, por lo que, en teoría, deberíamos notar una mayor autonomía en días de mucho uso de la pantalla. Además, los marcos más finos y el diseño de vidrio y metal aportan un toque 'premium' respecto a la versión estándar del Pixel 9.

La calidad fotográfica ha sido siempre una insignia de los dispositivos Pixel. Ambos modelos comparten un sensor principal de 50 MP y un gran angular de 48 MP que garantizan imágenes de alta calidad. Sin embargo, el Pro incluye un teleobjetivo de 5 aumentos, ausente en el modelo estándar, que gracias a la inteligencia artificial da muy buenos resultados, sin ser el mejor zoom del mercado. Además, la cámara frontal del Pro cuenta con 42 megapíxeles en comparación con los 10 del modelo estándar, mejorando significativamente la calidad de las selfies, especialmente en condiciones de baja luz.

Ambos modelos están equipados con el procesador Google Tensor G3, que siempre es el punto débil de los Pixel, porque, aunque destacan en el rendimiento de la inteligencia artificial, en el resto de comparativas quedan muy por detrás del resto de procesadores de gama alta. La diferencia con el modelo estándar es que este incluye 12 GB de RAM, suficientes para la mayoría de usuarios, el Pro también ofrece una versión con 16 GB de RAM y hasta 1 TB de almacenamiento, lo que lo convierte en una buena opción para los que necesitan más espacio y capacidad.

Como añadido, el Pixel 9 Pro XL ofrece un año gratis de acceso a las funciones de inteligencia artificial avanzada de Google, es decir, Gemini Advanced, que está valorado en unos 260 euros anuales. Por lo que si tenías pensado pagarlo, ya justifica los 200 euros extra del XL.

En las pruebas hemos encontrado otros dos problemas de los que todavía adolece la serie. Aunque Google ha anunciado que nos encontramos ante el Pixel más resistente, después de unas semanas en el bolsillo, el nuestro ya tiene marcas en los marcos de la cámara, por lo que la carcasa es inevitable. El segundo problema es que, a diferencia de otros móviles, el puerto USB, por alguna razón, es un imán para la pelusa que lleves en el bolsillo, desde el Pixel 6 al 9 siempre ha sido así, lo que puede llegar a obstruir el puerto.

En definitiva, por solo 200 euros más tenemos una mejor pantalla, más autonomía, el teleobjetivo, más memoria RAM y el servicio de Gemini Advanced, que justifica sólo él, justifica el gasto. Ahora bien, que nadie se piense que el móvil es perfecto y no tiene problemas.