El innovador megayate de lujo con el que el estudio de Norman Foster pretende revolucionar el sector
Gracias a una innovación técnica y de diseño, el yate ofrece un amplio espacio central interior que permite mejorar de forma sobresaliente la conectividad vertical y horizontal así como ampliar la superficie útil en sus cubiertas con respecto a otros modelos de su tamaño
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El estudio Foster + Partners ha revolucionado la industria náutica de recreo con la presentación reciente de su último yate de gran eslora, todavía un prototipo que está listo para ser personalizado por los primeros (acaudalados) clientes que deseen surcar los mares y océanos ... del planeta a bordo de una embarcación cuyo diseño es toda una revolución, el Outlier I.
En el último salón náutico de Mónaco, donde cada año se ven algunos de los yates de lujo más espectaculares (y caros) del planeta, también hay espacio para la innovación, muy presente en la náutica. No solo en el sector de la competición, con los ejemplos inmejorables de las embarcaciones de la Copa América y, más recientemente, del proyecto Ferrari Hypersail, el primer barco de competición que está construyendo el Cavallino Rampante. También hay espacio para la innovación, mucho además, en la náutica de recreo.
Ejemplo de ello es el nuevo Outlier I, el yate de lujo diseñado por Foster + Partners, el prestigioso estudio fundado por el arquitecto Norman Foster en 1967 bajo el nombre Foster Associates, con la colaboración de la empresa británica, de Southampton, Lateral Engineering.
Fue precisamente en el espacio de esta ingeniería naval dentro del área de diseño e innovación del salón náutico de Mónaco donde se presentó en sociedad este impresionante yate, una mansión navegable con 88 metros de eslora que no es la primera experiencia del estudio en el sector náutico. Antes ya diseñó, por ejemplo, la lancha Alen 68, y el velero de lujo Panthalassa, cuyo dueño es el cliente que solicitó a Foster + Partners la creación de la lancha.
Así es el Outlier I
Nada, salvo los acabados de lujo y el diseño de vanguardia, comparte el Outlier I con el Panthalassa, un yate a vela hiperelegante. Por lo rompedor de la propuesta, el último proyecto náutico del estudio fundado por Norman Foster es el más ambicioso de su historia.
El megayate de 88 metros de eslora, explica Marilu Sicoli, socia del estudio, tiene «características típicas de un gigayate de más de 100 metros», si bien lo más destacado es la distribución de sus espacios, radicalmente distinta a lo habitual.
La embarcación ofrece un 40% más de espacio en cubierta, y cuenta además con un gran espacio central interior diáfano, inundado por la luz natural gracias a sus amplios ventanales, que recuerda a los hall de los hoteles más lujosos del mundo.
Este espacio característico del Outlier I ha sido posible gracias a la innovación técnica desarrollada junto a los ingenieros de Lateral Engineering: el desplazamiento de toda la sala de máquinas del barco a la proa, la parte delantera del yate. «Este cambio permite una renovación radical de la arquitectura interna de la embarcación en términos de diseño. Libera valioso espacio en las secciones central y de popa del yate, tradicionalmente ocupadas por la maquinaria, y permite una distribución espacial completamente nueva en el resto del yate, acercando a los invitados al agua», explica Norman + Partners.
Al mismo tiempo, este espacio central interior mejora de manera sobresaliente la conectividad espacial de la embarcación, que en este tipo de megayates suele ser muy inconexa, con espacios todos de superlujo pero muy diferenciados y compartimentados. En este caso, existe una conexión evidente tanto a nivel horizontal como vertical, lo cual modifica de forma sustancial la experiencia a bordo, tanto de los huéspedes como de la tripulación. Además, garantiza unas excepcionales vistas panorámicas desde casi todos los puntos del navío.
En paralelo, esta distribución y la innovación técnica que la permite es también una de las razones por la que la superficie en las cubiertas del yate supera en un 40%, según el estudio, a la de un yate estándar de este tamaño. Es especialmente llamativa la cubierta de popa, que tiene un efecto infinity porque parece fusionarse con el mar. En este espacio al aire libre están ubicadas la piscina y el helipuerto del yate.
Del superyate diseñado por Foster + Partners destaca también la calidad y elección de los materiales decorativos para sus interiores, con la madera en tonos claros combinada con piedra pulida y telas también en colores suaves, dado prioridad a la absorción de la luz natural que se cuela por sus altos y amplios ventanales.
Además, el megayate cuenta también como novedades reseñables con una bodega de mayor tamaño para albergar embarcaciones de mayor variedad y tamaño. Y también presenta una columna de servicio dedicada a la cubierta de tanques a lo largo de toda su superficie.
En todo caso, el diseño del Outlier I, un yate apto tanto para viajes cortos como travesías de larga distancia, puede ser personalizado por el cliente que adquiera el modelo, ya que puede solicitar un uso concreto para algunos de sus espacios multifuncionales.
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Para Adam Newburn, socio principal de Foster + Partners, el Outlier I, cuyo precio se desconoce, es un megayate revolucionario. «El concepto de diseño también permite una mayor flexibilidad interior, permitiendo espacios de doble o triple altura y zonas de estar extremadamente amplias con luz natural. Estamos ampliando los límites del diseño de yates, reinventando los espacios para invitados y sus alrededores para ofrecer una forma completamente nueva de vivir en el agua», concluye.
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