Qué hacer si te has estancado con tus entrenamientos

Sin embargo, por mucho que pueda gustar hay momentos en los que la falta de motivación hace acto de presencia . Sin motivo aparente ese momento que tanto estábamos esperando para hacer ejercicio se hace una montaña. ¿Qué hacer en estos casos? La entrenadora Ana Ginto considera que los momentos de estancamiento suelen ser el resultado de una falta de motivación, o porque no se están notando los resultados o bien porque los entrenamientos resultan algo monótonos.

“Cuando entrenas debes tener en cuenta diferentes factores: cuál es el objetivo (si es más metabólico o centrado en la ganancia de fuerza), el tipo de ejercicios que quieres introducir, el número de series totales, la densidad del entreno (la relación entre el tiempo de ejecución del ejercicio y el rango) e irlo cambiado para que el estímulo sea diferente”, comienza diciendo.

Añade que lo más fácil sería analizar tanto lo que has estado haciendo, como el modo en el que te has organizado. “Escribir en un papel los entrenos (por ejemplo, lunes pierna, martes tren superior…) para ser conscientes de la planificación y poder modificarla. En segundo lugar , habría que ver el tipo de estímulos. Si estabas entrenando ejercicios globales como puede ser la sentadilla y peso muerto, quizás habría que cambiarlos por otros similares como podría ser el hip trust o el press de banca”, explica e insiste en que habría que variar no solo el tipo de ejercicio, sino también las intensidades.

Además, invita a aumentar o cambiar el número de series y jugar con el tiempo de recuperación y el rango de movimiento. “Si hacías un rango completo, insistir en el final del rango, o si lo estabas haciendo de manera lenta incrementar la velocidad”.

En cuanto al aeróbico, si estabas entrenando siempre media hora de carrera continua y no mejoras la marca, recomienda hacer intervalos. Si salías a correr todos los días y siempre hacías la misma tirada, intentar cambiar el día de rodaje con otro con cambios de ritmo y otro de gimnasio. “O lo que es lo mismo, hacer frente al llamado ‘Síndrome general de adaptación’ que es la respuesta que tiene el cuerpo al estímulo que le metes. Si siempre haces lo mismo al final no supone u estímulo para ti y no lograrás resultados”, concluye.

Por otro lado, hay una serie de trucos infalibles que también habría que considerar.

- Encontrar el horario más adecuado: muchas veces de forma inconsciente se acude a una hora determinada pensando que es la mejor, pero al llegar te encuentras cansado o el gimnasio demasiado lleno. Prueba la primera y última hora del día, quizás te lleves una sorpresa.

- Establecer un calendario: está comprobado, si se tienen las cosas por escrito es más fácil que se cumplas.

- Establecer metas realistas: darlo todo un solo día solo va a servir para que no puedas moverte y no quieras volver más. No hay que ser demasiado exigente con uno mismo -especialmente al principio- y se deben planificar los entrenos variando las diferentes zonas del cuerpo para no sobrecargar la musculatura. Más vale poco y bien que mucho y desistir a la primera.

- Renovar la equipación: qué mejor forma de encontrar motivación que con un nuevo look. Eso de reciclar las camisetas de propaganda y llevar las sudaderas de la adolescencia no puede estar más pasado de moda. No hay que olvidar elegir las prendas en función de la disciplina que se vaya a realizar.

- Crear una buena playlist: está comprobado que, si la música te acompaña y es lo suficientemente animada, rendirás mucho más…