FITNESS

Cómo correr con calor en verano sin derretirte en el intento

Una guía práctica para que las altas temperaturas no sean un problema

Correr en verano, todo un desafío © Instagram: @philippreitter007

En lo que a deporte y vida sana respecta, si por algo se caracteriza el verano es por los viajes y las vacaciones que hacen que en la mayoría de los casos no se posea cerca un gimnasio donde entrenar. Por estos motivos resulta muy ... adecuado buscar alternativas que se adapten al lugar en el que se esté y con las que no haga falta ningún tipo de equipación.

Además de los entrenamientos de alta intensidad en la playa , la natación y los paseos en la playa o la montaña, si hay una actividad por excelencia que se puede realizar en cualquier parte es el running. El problema reside a la hora de hacerlo cuando aprieta el calor ya que las altas temperaturas lo ponen todavía más difícil.

En estos casos además de evitar las horas punta de sol en el día y escuchar al cuerpo hay una serie de pautas que pueden ser muy efectivas y que explica el coach José Domingo García, quien aboga en esta época por jugar con la intensidad y con los tiempos. Propone dos opciones. La primera consiste en hacer una sesión muy intensa y corta para no estar demasiado expuesto al sol, de tipo HIIT o con sprints para correr jugando con los intervalos y los descansos (y que estos, a ser posible, se realicen bajo la sombra). La segunda, por el contrario, sería realizar un trayecto con una intensidad muy moderada y de larga duración, buscando en este caso una hora en la que el calor no sea tan intenso, como podría ser a primera hora del día o durante el atardecer.

Prestar más atención que nunca a la hidratación

Otro factor en el insiste es la hidratación. José comenta que justo antes de la carrera no sería muy recomendable beber mucha agua, pero sí que habría que llevar a cabo dos o tres horas antes una fase previa de hidratación en la que convendría incluir algo de sal o electrolitos para favorecer la retención de líquidos y mantenernos hidratados durante la ejecución. “Una bebida isotónica o algún alimento con magnesio o potasio como por ejemplo un plátano el kale resultan muy adecuados para que con la sudoración no den calambres si se va a correr con temperaturas altas”.

Por último, señala que, aunque haga calor se puede recurrir a viejos clásicos que resultan bastante efectivos, como por ejemplo llevar una gorra mojada y apostar por prendas con tejidos ligeros que transpiren. También es muy útil apostar por un calzado con malla en la puntera que ayuda a que el pie respire, y cómo no, unas gafas de sol. “Si se suda mucho aconsejo espolvorear los pies con polvos de talco que, además de mantenerlos secos, previenen la aparición de ampollas. Tampoco hay que olvidar la protección solar que, aunque no evite que se pase calor, sí que es imprescindible para no quemarnos”, concluye.

Por su parte, la entrenadora Ana Ginto también expone algunas recomendaciones como correr por zonas en las que haya árboles y vegetación que normalmente suelen ser más frescas. “Si es un parque, tener una fuente a mano para mojarte la cabeza o el cuerpo en el trayecto puede resultar muy útil”, apunta y añade que también hay que llevar controlada la frecuencia cardíaca y correr por sensaciones más que por tiempo.

Otro punto que invita a tener en cuenta es conocer la humedad del ambiente ya que dificulta todavía más la capacidad de refrigeración del organismo con el sudor. “Cuando las temperaturas son altas la frecuencia ya de por sí es más alta y cuesta más, por lo que no hay que fijarse demasiado en el ritmo por kilómetro”.

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