¿Vuelve a llevarse el traje de raya diplomática?
La sastrería más clásica pide paso en tu armario
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Iniciar sesiónEn un contexto en el que la moda ha superado una batería enorme de prejuicios, códigos y corsés que limitaban muchísimo su capacidad para sorprender y reinventarse a sí misma, todavía quedan pequeños muros culturales por derribar. No en la pasarela, pero sí en lo ... que respecta a la opinión pública, reacia a determinadas prendas por mucho que estas se pongan de moda a causa de distintos prejuicios culturales. Es el caso del traje de raya diplomática, que ya desde el año pasado empuja por hacerse con conquistar un espacio que le pertenece por historia y trayectoria en la sastrería masculina .
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No hay duda de que el dos piezas de raya diplomática, casi siempre en color azul marino, es un clásico. Estampado carismático donde los haya, sin embargo, no es capaz de calar en la calle como lo hace en las películas , por ejemplo, o entre los hombres famosos más elegantes del mundo, que no dudan en lucirlo si es tendencia, como es el caso en la actualidad.
La sastrería recupera su poder
Desde que hace ya dos o tres temporadas el traje recuperara buena parte de la presencia perdida a lo largo de la década pasada en el armario masculino por el tsunami que ha sido en todo este tiempo la ropa deportiva, la raya diplomática ha intentado recuperar aliento primero y reivindicarse después como una alternativa ideal a las prendas lisas.
Lo ha hecho sabiendo adaptarse a los tiempos que corren : luciendo con su poso y presencia habituales en la versión contemporánea , con americana cruzada, y siendo capaz de relajarse hasta encontrar nuevos acompañantes de viaje más allá de la camisa y la corbata. Es el caso, por ejemplo, de la camiseta y las deportivas e incluso los botines tipo chelsea, accesorios que en el siglo XX jamás se vieron en la misma foto que un traje de raya diplomática.
Argumentos a favor de que le demos una nueva oportunidad no le faltan, ya sea para contextos formales, con camisa blanca o azul clara y corbata lisa o, por qué, con algún estampado que contraste con la raya vertical si eres de los que “ha venido a jugar”, o en clave casual, prescindiendo de la corbata e incluso de la camisa dependiendo del evento y del corte del traje.
Esto último funciona mejor si las hechuras del dos piezas, sobre todo de la americana, acompañan en esa sensación de holgura y confort que los diseñadores que marcan la pauta en la moda contemporánea han sabido aportarle al traje clásico para exprimir su lado más amable, el menos rígido, el cual estuvo durante muchas décadas oculto en el caso de la raya diplomática.
Libre de etiquetas
Las cartas están sobre la mesa. Ahora es tu turno decidir si las juegas, en primer lugar, y hacerlo con soltura y acierto si das el paso. Para lo primero ya has visto que cuentas con razones de sobra y para lo segundo solo puedes convencerte a ti mismo de que la mano que llevas es la ganadora. No lo harás si no olvidas esa etiqueta que sigue arrastrando el dos piezas de raya diplomática de traje de mafioso, ya fuera de la época de la Ley Seca en Estados Unidos (años 20 y 30 del siglo pasado) o del boom de los clanes italianos en la Nueva York de mediados del siglo XX. Ni siquiera a finales de dicho siglo, en los 90, mejoró la imagen estandarizada de este traje que ahora retoma el vuelo porque de estar asociado a la delincuencia elitista pasó a ser el uniforme oficial de los yuppies. ¡Ni el legado de estilo de Winston Churchill pudo revertir la imagen de este estampado mítico!
Solo mirando hacia delante, asumiendo el pasado como tal, de la misma forma que los grandes diseñadores actuales han hecho para revitalizar al traje de raya diplomática adaptándolo a los tiempos que corren, podrás lucir con el convencimiento que require un estampado así para brillar.
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