Sánchez pide una reunión sorpresa al Consejo Escolar del Estado, máximo órgano consultivo en educación

Es decir, la reunión no se producirá con todos los miembros que forman el órgano sino con un grupo reducido de ellos. En concreto, con la presidenta (Encarna Cuenca), el vicepresidente, la secretaria general y representantes del profesorado de la pública; de la privada; madres y padres; alumnado; personal de administración y servicios; titulares de centros privados; organizaciones sindicales y empresariales; universidades; administración educativa del Estado; entidades locales; personalidades de reconocido prestigio y un grupo de representación de la mujer.

Según ha podido saber sabido ABC la reunión se ha pedido desde Moncloa. Fuentes consultadas por este periódico desconocen el motivo del encuentro. Sí que habrá un café y posteriormente tendrá lugar una reunión. Son varias las hipótesis del motivo de la reunión (paradójicamente ninguno educativo) empezando por un intento del presidente de «escapar» del ruido provocado por la amnistía; buscar una «foto» con la comunidad educativa o celebrar encuentros vinculados con la presidencia europea. No es habitual que un presidente del Gobierno se reúna con los miembros del Consejo Escolar.

Tras aprobarse la 'ley Celaá', la ley de FP y la ley de Universidades no ha habido grandes movimientos del Gobierno en materia ejecutiva con excepción de varias polémicas generadas en torno a la EBAU. La última fue hace poco, la pasada semana cuando el Ministerio de Educación presentó, de forma sorpresiva, el borrador de la orden que regula la prueba de Selectividad para este curso 2023-2024. El texto introducía la posibilidad de elegir entre Historia de España o de la Filosofía, entre otras novedades. Pero además abría la puerta a que cada comunidad puede hacer el examen sin los límites establecidos por el ministerio.

Meses antes, en agosto, la ministra Alegría paralizó la nueva EBAU que tenía previsto poner en marcha este curso por estar el gobierno en funciones. En mayo, y por el mismo motivo, Educación anunciaba que iba a paralizar la aprobación del decreto que desarrolla la nueva EBAU. Lo hicieron, según aseveraronm por «responsabilidad». Ya entonces la prueba llegaba bastante cambiada respecto al planteamiento inicial de la ministra que se vio obligada a fulminar la polémica prueba de madurez.