El Papa pide al foro marxista que «dialogue con todos, sin excluir a nadie a nivel político, social y religioso»

Francisco les ha dicho entre risas que eso de «promocionar el bien común a través del diálogo entre socialistas/marxistas y cristianos» es «todo un programa», pero que «no hay que perder la capacidad de soñar». «No retrocedan, no se rindan, no dejen de soñar con un mundo mejor. Es en la imaginación donde la inteligencia, la intuición, la experiencia y la memoria histórica se encuentran para crear, aventurarse y arriesgar», les ha asegurado. Además, ha recordado que «muchas veces, a lo largo de los siglos, los grandes sueños de libertad e igualdad, de dignidad y fraternidad, espejo del sueño de Dios, han producido avances y progresos».

En el Vaticano, el Papa les ha invitado a que este diálogo se caracterice por «el coraje de romper moldes y abrirse a nuevos caminos, la atención a los débiles y la promoción de la legalidad». El hecho de que exista un foro de diálogo entre marxistas y cristianos es ya un gesto que «rompe moldes». Francisco les ha animado a seguir adelante pues «en una época marcada a diversos niveles por conflictos y escisiones, no hay que perder de vista lo que aún puede hacerse para invertir esta tendencia».

«Contra los planteamientos rígidos que separan, cultivemos con corazón abierto la confrontación y la escucha, sin excluir a nadie, a nivel político, social y religioso, para que la contribución de cada uno pueda, en su peculiaridad concreta, ser acogida positivamente en los procesos de cambio a los que está ligado nuestro futuro», ha sugerido.

En cuanto a la atención a los débiles, ha recordado que «las grandes dictaduras, pensemos en el nazismo, desechaban a los vulnerables, los mataban, los descartaban». Como «el grado de civilización se ve por cómo se trata a los vulnerables: los pobres, los parados, los sin techo, los inmigrantes, los explotados, y todos los que la cultura del descarte convierte en residuos», el Papa ha recordado que «una política verdaderamente al servicio del hombre no puede dejarse dictar por las finanzas y los mecanismos del mercado».

En este sentido, «la solidaridad es una exigencia de justicia, que requiere corregir las distorsiones y purificar las intenciones de los sistemas injustos, incluso mediante cambios radicales de perspectiva en el reparto de retos y recursos entre los hombres y entre los pueblos». El Papa ha elogiado a quienes trabajan en ese ámbito y los ha llamado 'poetas sociales'. «porque la poesía es creatividad, y aquí se trata de poner la creatividad al servicio de la sociedad, para que sea más humana y fraterna».

También les ha pedido «el compromiso de luchar contra la lacra de la corrupción, el abuso de poder y la ilegalidad», pues «sólo en la honestidad podrán establecerse relaciones sanas y podremos cooperar con confianza y eficacia en la construcción de un futuro mejor».

«Que el Evangelio de Jesucristo inspire e ilumine siempre vuestras investigaciones y vuestras acciones», les ha despedido.

El foro de diálogo, que cuenta entre sus miembros al ex primer ministro griego y ex líder de Syriza, Alexis Tsipras, y cuya contraparte cristiana está ligada al movimiento de los Focolares, se propone «implementar una Ética Social transversal y una ecología integral entre la Doctrina Social de la Iglesia Católica y la Crítica Social Marxista».

Sus coordinadores aseguraron en una nota antes del encuentro con el Papa que «más allá de las fronteras religiosas e ideológicas, cristianos y marxistas, así como personas de buena voluntad, están hoy unidos en su compromiso por poner fin a los conflictos armados en el mundo y garantizar los derechos humanos más elementales, a fin de asegurar el equilibrio social y la paz para la humanidad».