Los obispos molestos con el informe Cremades: «No es una auditoría»
El Episcopado afirma que el texto entregado «no coincide» con el encargo realizado
El cardenal Omella pide a Pedro Sánchez que «dedique todas sus fuerzas a coser las heridas que han provocado los pactos de investidura»
Los obispos no están contentos con el informe que les ha hecho llegar el despacho Cremades & Calvo Sotelo sobre abusos a menores que piensan analizar en la Asamblea Plenaria que los reúne en Madrid esta semana. A pesar de que el texto que han ... recibido –a través de un correo electrónico enviado por el propio Javier Cremades al cardenal Juan José Omella el viernes a las 11 de la noche– no es un «resumen ejecutivo», como había prometido el despacho, sino un documento más elaborado «ya en su recta final y a falta de las revisiones y los comentarios de los despachos internacionales», las primeras impresiones de los prelados es que «no coinciden» con el trabajo que se había encargado.
«No es una auténtica auditoría, no se han investigado los casos duplicados ni se han descartado errores» es uno de los puntos débiles que han destacado a ABC fuentes de la Conferencia Episcopal que ha podido analizar el documento. También añaden que el bufete ha cambiado el «índice de referencia» que se pactó en marzo y que recoge la carta que Cremades envió entonces al cardenal Juan José Omella. «No es lo que se le encargó por parte de la Conferencia, es como comenzar de nuevo», explican las mismas fuentes.
Según ha podido conocer ABC, el texto, de más de dos mil páginas, dedica un amplio y exhaustivo capítulo al análisis legislativo de la cuestión y a los ejemplos de investigación de otros países, un aspecto que no estaba recogido entre los cinco grupos de trabajo inicialmente pactados. También incorpora un anexo con los casos corroborados y la procedencia de las denuncias. Desde ahí, el bufete defiende su trabajo. «Ha habido un equipo dedicado a filtrar datos para que no se produjera ninguna repetición, de hecho se ha detectado y corregido alguna de ellas de la lista que facilitó el diario 'El País'» han explicado fuentes de Cremades a este diario.
«Ha sido un gran ejercicio de escucha», explican desde el despacho de abogados en referencia al punto del índice denominado 'Análisis, sistematización, valoración y presentación de los datos de campo'». «Una escucha no sólo a las víctimas, sino también a obispos, religiosos y otras personas afectadas», añaden. Se da la circunstancia de que ese equipo de trabajo estaba liderado por Alfredo Dagnino, despedido por Javier Cremades del despacho a raíz del ultimátum lanzado por los obispos para que entregaran el informe completo.
«Nos consta que Alfredo Dagnino y su equipo sí se han reunido con todas las oficinas diocesanas y las de las órdenes con más casos», explican desde la Conferencia Episcopal. De hecho, esa ha sido la principal fuente de información para la investigación de Cremades, ya que el buzón para denuncias que habilitaron en el despacho apenas ha alcanzado los dos centenares de casos. Esta coincidencia de datos hizo que Cremades considerara el informe «demasiado complaciente con la Iglesia» y decidiera revisar su contenido, lo que motivó un nuevo retraso en la entrega.
Desde el despacho destacan que el informe «tiene una fortaleza extraordinaria en las cuestiones de reparación y en prevención», dos elementos clave para los siguientes pasos que deben dar desde la Conferencia, pero, precisamente, en los que más han avanzado en los últimos años. En la actualidad todas las diócesis y congregaciones religiosas cuentan con protocolos de prevención y de actuación, que ya fueron entregados al Defensor del Pueblo en el informe 'Para dar luz'. Además, en esta plenaria los obispos van a estudiar el «plan de reparación integral de víctimas de abusos sexuales en el ámbito eclesiástico», preparado por el Servicio de coordinación de las oficinas para la protección de menores de la Conferencia Episcopal, por lo que las indicaciones del informe de Cremades corren el riesgo de llegar tarde.
En lo que sí coinciden ambas partes es en que el texto no hace extrapolaciones en el número de víctimas. Una cuestión que la Iglesia española dejo claro desde un primer momento que quería evitar, tras la experiencia negativa de la investigación francesa, que quedó opacada por la cifra de 330.000 víctimas facilitada por el equipo de trabajo extraída de una estimación estadística. Un error parecido al que han incurrido algunos medios de comunicación al extrapolar la cifra de 440.000 víctimas a partir de los datos de la encuesta que incorporaba el informe del Defensor del Pueblo. El cardenal Omella condenó ayer esa práctica, a la que calificó de «difamación pública» por la «intencionada y errónea extrapolación».
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Lo que todavía no se conoce es en qué momento los obispos analizarán el documento de Cremades y si, finalmente, tomarán una decisión sobre su continuidad antes de que acabe la reunión de esta semana. Tampoco se conoce si el propio Javier Cremades acudirá a la reunión a explicar su informe, aunque según ha podido conocer este periódico «se ha ofrecido a hacerlo si los obispos lo consideran necesario».
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