La mayoría de estudiantes con beca universitaria se decanta por las carreras menos exigentes
Sólo el 28% de los beneficiarios accede a titulaciones en el mayor tramo de dificultad académica, optando un alto porcentaje de becados por las Ciencias Sociales o Jurídicas, según un informe de Esade
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El estudiante becado tipo es una mujer y procede de familias con menor nivel educativo, según un informe de Esade. Que haya más chicas con beca académica, dicen los autores, puede deberse a que el abandono educativo temprano entre los varones es ... más habitual. Pero también debe considerarse el hecho de que la participación en el mundo universitario se ha revertido a favor de las mujeres en España y en gran parte de Occidente. Más allá del sexo de los becados o de su nivel socioeconómico, es curioso que sólo el 28% de los beneficiarios acceda a titulaciones en el mayor tramo de dificultad académica (carreras científicas, como las ingenierías o las Ciencias de la Salud) optando un alto porcentaje de becados por las Ciencias Sociales o Jurídicas.
Las becas académicas —cómo se reparten, a quién benefician y su funcionamiento—, son uno de esos aspectos clave para garantizar la igualdad de oportunidades educativas. Según Esade, en España existe poca evidencia sobre su efectividad pues aunque hay estudios que apuntan que los becados suelen obtener mejores resultados que los no becados, no está claro que esto se deba al efecto asociado a recibir la beca, a diferencias de perfil entre ambos grupos o a una combinación de ambas.
Sea como fuere, se observa un patrón llamativo en la evolución del periplo universitario de becados y no becados: mientras en primer curso los estudiantes con peores notas de acceso concentran más becarios, en los siguientes su proporción se reduce. Puede que exista un proceso de maduración de los alumnos con beca, pero esto también indica que se van quedando los mejores en un proceso de selección positiva. Es decir, que los becados con menor rendimiento previo tienen más posibilidades de perder la ayuda económica.
En cifras, entre los becarios con menor nota de acceso, un 61% pierde la beca en primero de universidad (hasta el 80% en Ingeniería y Arquitectura), frente al 25% entre los de mejor rendimiento. La causa principal es no superar los requisitos mínimos académicos exigidos, que van desde el 65% mínimo de créditos superados en Ciencias hasta el 90% en Ciencias Sociales.
Hay que recordar que las becas universitarias se conceden en función de la situación económica de las familias, medida principalmente a través del nivel de ingresos del año fiscal anterior a la solicitud. Así, la proporción de estudiantes becados varía considerablemente entre comunidades autónomas: en torno al 40% de los estudiantes en Extremadura o Canarias reciben beca, mientras en comunidades como Navarra, Madrid o Cataluña este porcentaje es de menos de la mitad. Además, existe una correlación casi perfecta entre el PIB per cápita de las comunidades autónomas y el porcentaje de estudiantes becarios: a mayor renta per cápita, menor porcentaje de estudiantes con ayuda.
Según Esade, no es tan evidente que las diferencias en los resultados académicos entre becados y no becados sean tan significativas. El menor abandono universitario se explica casi en su totalidad (al 99%) por diferencias en el perfil de los estudiantes y por la dificultad de las carreras que escogen. Estos datos llevan a los autores del estudio a lanzar varias preguntas al aire, aún difíciles de responder: ¿Están teniendo las becas un impacto directo sobre la continuidad, el rendimiento y la graduación?
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