La dimisión de Brendan Eich en Mozilla desata un fuerte debate sobre la libertad de ideas

Su desembarco como máxima autoridad de Mozilla, la compañía responsable del navegador Firefox , fue recibido con fuertes críticas entre trabajadores y ejecutivos de la empresa. «Soy un empleado de Mozilla y pido a Brendan Eich que abandone su puesto de consejero delegado», tuiteó Chris McAvoy, que dirige el proyecto Open Badges en Mozilla. Su ejemplo fue seguido por muchos otros compañeros e incluso tres miembros del consejo de administración abandonaron su cargo.

De nada sirvió el propósito de enmienda de Eich, que al poco de tomar posesión de su despacho emitió una nota expresando «su pena por el dolor causado» y su compromiso a «promover la igualdad y a dar la bienvenida a las personas LGTB» en la compañía.

La polémica llegó cuando OkCupid, una popular plataforma de citas online, pidió dejar de usar Firefox : «El nuevo consejero delegado de Mozilla, Brendan Eich, se opone a la igualdad de derechos para las parejas gays. Por ello, preferimos que nuestros usuarios no usen el software de Mozilla para acceder a OkCupid». La carta, retirada poco después, finalizaba: «Aquellos que tratan de negar el amor y, por el contrario, promueven la miseria, la vergüenza y la frustración son nuestros enemigos, y sólo les deseamos el fracaso».

En estos pocos días, Eich ha concedido varias entrevistas, en las que siempre negó que fuera a dejar su puesto y declinó referirse a la donación de 2008 y a sus creencias personales: «No son relevantes. Siempre las he dejado fuera de la oficina en 15 años con Mozilla», dijo a «The Guardian».

Sin embargo, la presión ha sido más fuerte y su dimisión ha abierto un fuerte debate sobre la tolerancia, la libertad de expresión y hasta dónde llegan las opiniones personales en los negocios. La virulencia mostrada por los defensores de los derechos de los homosexuales ha recibido ahora críticas, incluso desde la comunidad gay. Andrew Sullivan, escritor homosexual y defensor del matrimonio gay, dejó clara ayer su oposición: «Si a día de hoy este es el movimiento a favor de los derechos de los gays –acosar a nuestros oponentes con un fanatismo más propio de la derecha religiosa– no contéis conmigo».