El obispo español en Camboya, Enrique Figaredo, afirma que la «violencia» no es el camino para frenar la inmigración ilegal

«Son personas como nosotros. Vendrán sin papeles pero son personas que hay que acoger y respetar. La violencia no lleva a nadie a ningún progreso», señaló el sacerdote, que casi tres décadas trabajando con los discapacitados víctimas de las minas antipersona en este país asiático.

Durante un breve encuentro con los periodistas antes de participar esta tarde en un coloquio preparatorio del XI Encuentro Misionero de Jóvenes en la Universidad San Pablo CEU, el sacerdote insistió en que «hay que hacer prevalecer el buen entendimiento y no la violencia porque las personas tienen que ser respetadas».

El prelado también se refirió al viaje del Papa Francisco a Seúl (Corea del Sur) el próximo mes de agosto para participar en un encuentro continental con jóvenes. «Va a ser fabuloso porque el Santo Padre alentará a los jóvenes a vivir su fe de una forma más dinámica», señaló el prelado, al tiempo que indicó que el Papa Francisco «es una figura muy seguida» en el país asiático, donde el cristianismo es una religión muy minoritaria. «No sabéis lo famoso que es el Papa en Asia», afirmó.

En esta línea, añadió que la capacidad del Santo Padre para llegar a las «personas sencillas con frases cortas y fáciles de entender» hará que su visita tenga «un alcance muy grande». «Los jóvenes y los líderes le van a escuchar y el mensaje del Evangelio llegará todo el mundo. Ayudará a que la Iglesia se conozca más en Asia», insistió.

Este obispo misionero español conoce en persona al Papa Francisco. «He visitado al Santo Padre hace poco y quería saber todo de Camboya, me preguntó con mucha pasión cómo está la Iglesia en Camboya». Pese a que este pequeño país asiático cuenta con 15 millones de habitantes, apenas 30.000 son católicos. En la prefectura que dirige Figaredo hay 11 sacerdotes misioneros, de los cuales sólo dos son europeos, el resto proceden de Asia. En todo Camboya hay 60 sacerdotes y tres obispos.