SALUD
María Jesús, podóloga: «Si tus dedos de los pies no están rectos mucho ojo, porque no es solo estética»
Aunque parezca que no es grave, este problema puede causar roces, durezas o incluso afectar a la manera en que caminas
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Iniciar sesiónNo solemos pensar mucho en nuestros pies. Están ahí, nos llevan a todas partes, aguantan todo nuestro peso y apenas les prestamos atención… hasta que algo molesta. En TikTok, la podóloga María Jesús (@mariajesus.podologa) ha conseguido que muchos se fijen más en ellos. ... Y en uno de sus últimos vídeos advierte sobre uno de los problemas más comunes y menos atendidos: «Si tus dedos de los pies no están rectos, mucho ojo, porque no es solo estética».
@mariajesus.podologa 🦶🏼 Los dedos en garra no son solo una cuestión estética. Te explico por qué aparecen y qué puedes hacer para corregirlos. #dedosengarra #pies #podologa #mariajesuspodologa ♬ sonido original - María Jesús Podóloga
Un problema más habitual de lo que parece
Lo que a simple vista puede parecer un detalle sin importancia puede esconder algo más serio. María Jesús explica que esos dedos curvados hacia abajo son lo que en podología se conoce como dedos en garra, una alteración que aparece cuando los músculos y tendones del pie se desequilibran. Ese desequilibrio hace que los dedos se doblen poco a poco, perdiendo su posición natural.
Según la especialista, se trata de algo más común de lo que pensamos. A menudo no se nota hasta que aparece dolor, molestias al calzarse o callos en los dedos. «No es solo que se vean torcidos —advierte—, es que puede afectar a la forma de pisar y, con el tiempo, provocar otros problemas».
Por qué ocurre
El origen suele estar en el calzado. Los zapatos demasiado estrechos o los que no sujetan bien el talón obligan a los dedos a «agarrarse» constantemente para que no se salgan. Ese gesto repetido acaba tensando los músculos y acortando los tendones.
También influye pasar muchas horas de pie, tener pies con mucho arco o simplemente mover poco los dedos. Con el tiempo, esa falta de movilidad o la presión constante hacen que los dedos adopten esa forma encogida típica de los dedos en garra.
Qué se puede hacer
La buena noticia es que se puede mejorar. Lo primero es revisar el tipo de calzado. María Jesús recomienda elegir zapatos con una horma más ancha, que no aprieten la parte delantera y permitan que los dedos se muevan libremente.
El segundo paso es trabajar la movilidad. Hay ejercicios sencillos que ayudan mucho, como intentar recoger una toalla del suelo con los dedos del pie o moverlos uno a uno para mantenerlos activos. Son pequeños gestos que, si se hacen con constancia, pueden ayudar con este problema.
En algunos casos, también se aconseja el uso de plantillas personalizadas, que ayudan a distribuir mejor la presión y alivian la tensión en la zona. De hecho, no solo sirven para corregir la postura del pie, sino también para prevenir molestias a largo plazo.
Así que si al mirarte los pies notas que algún dedo empieza a curvarse o que ya no está tan recto como antes, no lo dejes pasar. Puede que no duela ahora, pero con el tiempo puede causar roces, durezas o incluso afectar a la manera en que caminas.
Y es que a veces basta con cambiar de calzado o hacer pequeños ejercicios para evitar que este problema avance. Y si las molestias persisten, lo mejor es acudir a un podólogo para valorar la causa y buscar una solución a tiempo.
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