Hoy sale en procesión la Consolación, cuya romería estuvo prohibida durante dos siglos

La Virgen de Consolación cuenta con la curiosa peculiaridad de ser una virgen marinera en tierra. La situación de Utrera, lugar de parada para las expediciones que se desplazaban desde Sevilla a los puertos gaditanos, provocó que muchos de aquellos aventureros, que se embarcaban en las naves que cruzaban el océano para arribar al Nuevo Mundo, se encomendaran a los brazos de Consolación.

Por ello el santuario se fue llenando de ofrendas, que, sobre todo, los marineros le dejaban como reconocimiento por haberles protegido de la furia de los mares. Entre ellos destaca el barquito de oro y cristal de roca que porta la Virgen, que a modo de perfumero, perfecto para estudiar los navíos de la época.

En 1771 Carlos III prohibía la romería de Consolación, que se celebraba cada 8 de septiembre y que se había convertido en un fenómeno de masas difícil de controlar. Pocosaños después comenzó la romería de El Rocío, que adoptaría algunas de las costumbres que ya se habían puesto en marcha en Consolación, como el recibimiento a las hermandades filiales y la colocación en el sombrero de una cinta con el nombre de cada hermandad por parte de los romeros.

Durante siglos estuvo vigente esta prohibición y las calles de Utrera no vieron a la Virgen de Consolación, hasta que el 1 de mayo de 1965 se inició la tradición de salir con motivo del aniversario de su coronación. En 2014 con motivo del cincuentenario de este hecho, la hermandad decidió realizar un guiño a la historia, saliendo el 8 de septiembre, día de la Virgen de Consolación.

El debate está abierto en Utrera. Aquellos que quieren que Consolación sea fiel a su historia, entienden que lo más lógico es que la Virgen salga cada 8 de septiembre, mientras que otras voces indican que es más apropiado que lo haga el 1 de mayo. De momento la Virgen de Consolación saldrá a las calles de Utrera mañana, a partir de las 19.00 horas, aunque la hermandad no descarta que en un futuro se realice una modificación de las reglas, para que procesione cada 8 de septiembre, en plena feria de Utrera.