Motín de los alumnos del instituto Bajo Guadalquivir de Lebrija

Con esta protesta los estudiantes han mostrado su apoyo tanto al profesor de segundo de FPB Carpintería que fue agredido por dos de sus alumnos, como al docente que promovió la concentración de profesores y alumnos en protesta por esas agresiones que tuvo lugar el pasado 1 de febrero.

Después de la manifestación en el patio, sobre las 13.10, los estudiantes abrieron la puertas del instituto y se concentraron en la calle gritando «directora dimisión» . Muchos volvieron a las clases pasados unos minutos, otros optaron por mantenerse concentrados en la entrada del instituto y algunos decidieron marcharse. En el Bajo Guadalquivir reciben formación unos 1.000 estudiantes.

Los jóvenes han reaccionado así al conocer que el profesor promotor de la concentración del 1 de febrero había sido denunciado por algunos padres por «falta de respeto con los alumnos», ha explicado a ABC el presidente de la Asociación de Profesores de Institutos de Andalucía (APIA), Javier Puerto , que además es profesor en el instituto Virgen del Castillo, contiguo al Bajo Guadalquivir.

La presencia del profesor denunciado ha sido requerida hoy por la Guardia Civil para testificar sobre los hechos ocurridos el paso jueves 1 de febrero , cuando unos 60 profesores de los 80 de la plantilla del instituto se concentraron a las puertas del centro a la hora del recreo en protesta por la agresiones sufridas por el profesor de segundo de FPB Carpintería por parte de alumnos de su taller.

«Los estudiantes han entendido que la dirección del instituto ha hablado con algunos padres de los alumnos que apoyaron la concentración del 1 de febrero para que denunciaran al profesor que la promovió por injurias a sus hijos », señala Javier Puerto que añade que el docente denunciado «estaba de guardia y hablando con los alumnos de forma coloquial, de donde se han sacado sus palabras fuera de contexto». Puerto insiste en que la protesta del día 1 fue «pacífica y durante el recreo, con lo que ningún profesor o alumno faltó a clase».

Se da la circunstancia que dos inspectores de la delegación territorial de Educación se encontraban visitando empresas de la localidad con profesores de FP y tuvieron que acudir al instituto para intentar calmar a los estudiantes y hacerlos regresar a clase. Mientras tanto, la directora mantenía una reunión con el inspector designado para el centro, al parecer fuera del instituto. A su regreso no quiso hacer declaraciones a ABC de Sevilla argumentando que tenía que seguir con la reunión.

Desde APIA se apunta que esta protesta estudiantil responde «a un malestar gravísimo que viene de lejos », tanto entre los profesores como entre los alumnos, que está directamente relacionado con la gestión que se hace del centro por parte de la actual dirección. Tampoco los profesores del Bajo Guadalquivir han querido manifestarse de forma pública, pero en privado critican la gestión de Eva María Ávila .

En la concentración de profesores del día 1 se hizo público un comunicado que enviaron a la dirección, firmado por 66 profesores, en el que se explica que la protesta se debía a «las continuas actitudes de desconsideración, ofensas, resistencia activa, coacciones, vejaciones y conductas disruptivas que viene realizando desde el inicio del presente curso el alumnado del segundo curso de FPB de Carpintería hacia su tutor y el equipo docente».

La medida de protesta se llevó a cabo después de que el miércoles 31 de enero el profesor acudiera a la Jefatura de Estudios porque había sido víctima de una agresión al ser golpeado en la cabeza con un tarugo de madera .

De «extremadamente graves» califican los profesores del Bajo Guadalquivir las situaciones vividas en el instituto antes de la agresión del miércoles 31. En concreto explican en el comunicado que el viernes 26 de enero el profesor fue retenido en el aula por dos alumnos , después de que intentara echar a un joven que se hizo pasar por estudiante de Carpintería.

A pesar de estos incidentes, el lunes 29 el mismo profesor, tras encontrarse «a uno de los dos alumnos que lo retuvieron en clase», acabó con un cartel ofensivo colgado de la espalda .

Los docentes firmantes del comunicado exigen a la dirección del instituto que se active el protocolo de actuación en caso de agresión al profesorado y se agilicen los procedimientos de «corrección de conductas contrarias y gravemente perjudiciales para la convivencia, aplicándose las sanciones adecuadas en los momentos oportunos para que no lleguen a producirse» este tipo de circunstancias.