Arranca la primera vendimia marcada por el coronavirus

La situación geográfica y climatológica y la calidad de la tierra de esta comarca la convierten en un rincón excepcional para cultivar la vid. Ya los romanos conocían la calidad de sus caldos. Al comienzo del siglo XIX la comarca contaba con más de 3.500 hectáreas de viñas llegando a tener 700 lagares censados. Sin embargo, la vid casi desapareció de las fincas. Gracias al trabajo, la entrega y el empeño de los bodegueros durante las últimas décadas la vendimia, la poda y demás generan empleos directos e indirectos .

Cada finca cuenta con un microclima lo que lleva a que en un mismo municipio cada cual comience la vendimia en días distintos. El sol y la temperatura varían según la altitud y latitud, lo que hace a cada vino personal y único . La maduración de la uva marca el momento adecuado y decenas de manos se ponen en marcha.

La bodega de Fuente Reina , en su finca La Purísima Concepción, ha sido una de las primeras en empezar a vendimiar. Según su dueño, el empresario Óscar Zapke , estima una producción de entre 7.000 y 8.000 kilos por hectárea . Este viñedo cuenta con siete hectáreas y de aquí han salido unas 600.000 botellas de vino desde sus comienzos hace un par de décadas.

Zapke, de origen vasco, restauró un viejo lagar abandonado convencido de la calidad de la tierra: «Si algo ha funcionado durante siglos, es porque es muy bueno». Los vinos de Fuente Reina se comercializan con el certificado de Indicación Geográfica Protegida (IGP) certificando así el origen de la materia prima.

Sierra Morena es tierra de vendimia, de día y de noche. La bodega de La Margarita , que aún no ha comenzado la recogida de uva, realiza la vendimia de noche. Asegura el empresario Raúl Fernández que así: «Mantenemos la temperatura natural de la uva sin necesidad de enfriarla bruscamente en la bodega». Así, según este bodeguero, «se conservan más sabores y aromas » haciendo un vino diferente. Su estimación también es positiva, pues espera recoger de 85.000 a 90.000 kilos totales en sus 11 hectáreas de viñedo.

Hoy, como hace siglos, estos vinos de la comarca, junto con otros de la misma localidad y de otras localidades vecinas, cruzan las fronteras nacionales: Alemania, Francia, Austria… Además, por supuesto, de todo el panorama nacional. Desde emperadores romanos a Magallanes comprobaron la durabilidad y calidad de estos vinos gracias a su grado de alcohol, acidez y azúcar.