Al bajar las escaleras para el cambio de vía se ha formado un gran atasco porque en al alcanzar los últimos escalones se apreciaba el nivel del agua y que no había otra forma de pasar que cruzando el gran charco.
Unos se han quitado los zapatos, porque como afirmaba un joven «son nuevos y de piel y me los voy a estropear» o porque eran deportivas de tela que se empaparían; también ha habido, con tacones ha intentado ir de puntillas pero sin resultado.
Los ascensores no funcionaban y ha sido la única forma de dejar el tren. Los más pequeños han ido en brazos de sus padres y también se han visto momentos complicados para quienes llevaban maletas y sillitas de bebés.
De esta forma, quien ha querido salir de la estación ha tenido que pasar sus pies y sus tobillos por agua, que estaba acumulada, y exprimir calcetines antes de continuar cada uno su camino. La sensación ha sido desagradable puesto que continuaba lloviendo y con viento y pese a ir con paraguas el frío de los pies mojados incomodaba a todos al andar.
Los comentarios entre los usuarios han sido negativos por la situación que han tenido que soportar.
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