Financiación: la oportunidad del siglo para cambiar la economía

¿Qué potencial existe para que se produzca esta transformación? A fines del pasado año cientos de empresas e instituciones andaluzas presentaron al Gobierno andaluz sus ideas para canalizar la futura inversión europea. Las iniciativas en campos como la economía circular, las mejoras para la competitividad de la industria o el desarrollo de tecnología para la producción de ‘hidrógeno verde’ rondaban los 10.000 millones de euros (y el listado total de propuestas superaba los 35.000 millones). «Todos estos proyectos nos han permitido constatar cómo perciben el futuro las compañías con presencia en nuestra región y marcan la dirección por la que deben encaminarse las políticas públicas de innovación».

Tanto para enfocar el destino de las ayudas europeas Next Generation como los futuros fondos Feder será esencial la nueva agenda que Andalucía presente a la Comisión Europea para el periodo 2021-2027. En los últimos años ha estado vigente la denominada Estrategia de Especialización Inteligente RIS3 , una ‘hoja de ruta’ para la transformación económica de la región que orientaba cuál debería ser el destino de la financiación europea. Para la etapa que se abre ahora hasta 2027 hay que elaborar la S4, «una evolución de la RIS3 que incorpora una nueva política industrial que se orienta por el Pacto Verde Europeo». Cortés anticipa que en esta ocasión se pondrá el foco de manera más específica en aquellos sectores en los que existe un clarísimo potencial de crecimiento, como las tecnologías en renovables, la industria aeroespacial, los recursos mineros o la transformación digital (con especial énfasis en la inteligencia artificial).

Pablo Cortés ha trabajado previamente en la Oficina de Transferencia de Investigación (OTRI) de la Universidad de Sevilla y en la Asociación para la Investigación Cooperación Industrial (Aicia) de la Escuela de Ingenieros de Sevilla. En ambos casos su labor ha sido establecer lazos de colaboración entre el sector público y el privado. «Ahora estamos ante una oportunidad irrepetible, pero el aprovechamiento de los recursos que tendremos a nuestra disposición va a requerir un esfuerzo extraordinario para que todos rememos en una misma dirección: administración estatal y autonómica, ámbitos públicos y privados». Y por esa razón cree que las normas de gobernanza para los fondos de recuperación deben ser más nítidas.

«Nuestra experiencia en los programas Feder nos demuestra que en España hay problemas para ejecutar todos los fondos, y en el caso de los Next Generation será aún más complejo, porque el importe es mayor, tenemos menos plazo y no existe posibilidad de prórrogas».

Fabián Varas, director técnico de la Corporación Tecnológica de Andalucía (CTA), afirma que hay que gestionar bien las expectativas sobre estos fondos. «El anuncio del programa generó una enorme ilusión que se apagó después porque no se ha percibido de manera clara cómo se van a ejecutar los fondos», apunta. Lo primero que recuerda es que «el objetivo prioritario de las ayudas es traccionar la economía con innovación, especialmente en todo lo relacionado con la transición energética y digital; no consiste por lo tanto en financiar inversiones corrientes de las empresas, lo cual está limitado por las propias normas de la UE». Cuanto mayor sea la dosis de innovación, mayor debería ser la intensidad de las ayudas.

Las primeras partidas ya se están produciendo, aunque de manera desigual según los ámbitos. «En el campo de la Inteligencia Artificial se han formulado las primeras convocatorias, la administración pública tiene previsto una inversión relevante para apoyarse en empresas que le permitan digitalizar sus servicios; en otras áreas se han pedido manifestaciones de interés a las empresas, pero va más lento». Fabián Varas apunta que la cooperación entre la administración estatal y la autonómica es esencial para que haya una información clara y transparente de cómo se ejecutan los fondos . Un estudio de la Cámara de Comercio de España refleja, por ejemplo, que el 73% de las empresas no sabe cómo solicitar las ayudas de los instrumentos de recuperación europeos. «Con una mayor participación de las comunidades autónomas en este proceso quizá el desconocimiento no sería tan manifiesto».

Junto a las convocatorias y manifestaciones de interés, una de las figuras esenciales para canalizar los fondos son los denominados Proyectos Estratégicos para la Recuperación y Transformación Económica (PERTEs), que unen al Gobierno con empresas privadas para acelerar inversiones con gran capacidad para transformar la economía. «El Consejo de Ministros ya ha aprobado el del vehículo eléctrico y conectado (al que destinará 4.500 millones de euros entre 2021 y 2023) y ahora están en estudio los del sector aeroespacial, la cadena agroalimentaria y la medicina personalizada, que deben ser importantes para las empresas andaluzas, donde hay capacidades muy desarrolladas en estos ámbitos». El Ministerio de Hacienda creará un registro estatal de entidades interesadas en los PERTEs. En paralelo, Varas destaca que los Presupuestos de 2021 recogen una partida para I+D con un crecimiento histórico. «Si la Junta acompasa también este esfuerzo en sus presupuestos, será otro estímulo añadido para el próximo año».

¿Qué inversión se ha realizado hasta el momento de los Next Generation? El Gobierno incluyó en las cuentas de 2021 unos 24.200 millones con cargo al mecanismo europeo de recuperación. Sin embargo, parece complicado que sea capaz de usar todos los recursos presupuestados antes del 31 de diciembre. A cierre de junio se había ejecutado el 5%, tal y como se desprende de las Estadísticas de Ejecución de la Intervención General de la Administración del Estado. Algunos centros de análisis económicos, como es el caso de Funcas, estiman que en 2021 se ejecutarán 10.000 millones, menos de la mitad.

En el portal web del plan de recuperación aparece una veintena de convocatorias y figuran también algunas ya cerradas, como el programa Misiones de I+D en Inteligencia Artificial, dotado con 50 millones. Pablo Cortés recuerda que el programa Next Generation asciende a 140.000 millones, de los cuales 70.000 llegarán en forma de transferencias no reembolsables entre 2021 y 2023. «El Gobierno de España tiene que mejorar la gestión y elevar su cooperación con las autonomías para cumplir los objetivos, estamos en un momento decisivo», concluye.