Una carrera contrarreloj en Andalucía para ser la gran potencia solar de Europa

La región ya es líder nacional en la generación eléctrica con biomasa (con 17 plantas y 275 MW); cuenta con 22 centrales termosolares (que suman 997 MW); en fotovoltaica ya funcionan más de 2.000 MW; y en eólica hay en torno a 3.500 MW. Sumando todas las tecnologías en 2020 se superó una potencia instalada «verde» de 8.103 MW.

Estas cifras deberían ser el punto de partida. Solo en 2019 se instalaron 1.100 MW de potencia proveniente de fuentes renovables y en 2020 otros 887 MW. Ahora el reto es aún mayor: estas cifras se pueden multiplicar con el desarrollo de 25.000 nuevos MW renovables hasta 2030 (que cubrirían el 45% de los objetivos que el Gobierno de España se ha marcado para 2030).

Todas las grandes compañías energéticas y los principales fondos especializados en este sector están promoviendo iniciativas en el Sur de España. En Andalucía hay promotores que lideran más de 1.000 proyectos con derecho de acceso y conexión reconocidos por parte de Red Eléctrica de España (REE), que suman los 25.000 MW citados anteriormente. La Junta ha admitido a trámite 706 proyectos (que acaparan 21.402 MW) en 2020 y el objetivo es que también se puedan admitir en estos meses el resto de iniciativas con acceso y conexión.

Ejecutar todas las inversiones planteadas no es sencillo. El presidente de Claner (la patronal del sector en Andalucía), Alfonso Vargas, estima que «se podría reforzar un hub de empresas muy especializadas que acompañen el desarrollo de las renovables en España, ya que hay firmas muy destacadas en la ingeniería, la construcción, el mantenimiento y el control» de las nuevas plantas. Pero ello exige que el Gobierno andaluz agilice y simplifique trámites para que las inversiones previstas no se frustren.

De los 1.000 proyectos en marcha en Andalucía no todos son viables tal como están planteados actualmente, dado que en algunos casos la ubicación elegida inicialmente puede no ser la adecuada, con lo cual también debe existir agilidad para que se puedan reformular. En total se moverían inversiones próximas a los 17.000 millones de euros. La instalación de estos 25.000 nuevos MW generará cerca de 3.500 empleos directos y más de 75.000 en la fase de construcción. El Gobierno andaluz ha creado el Comisionado para el Cambio Climático y el Modelo Energético para coordinar la política de industria, energía y medio ambiente y acelerar la tramitación.

De cara al futuro es esencial ampliar las redes de transporte para poder evacuar y distribuir los nuevos proyectos por todo el territorio andaluz, pues de lo contrario se pondría en cuestión el propio desarrollo de estas iniciativas. En este momento el Ministerio de Transición Ecológica ya ha realizado una propuesta de planificación de la red para el periodo 2021-2026 en el que Red Eléctrica de España (REE) juega un papel esencial. Un punto clave será mejorar las redes en Andalucía Oriental. También se deben reforzar las redes de transporte entre el Norte y el Sur peninsular porque Andalucía no consumirá toda la energía que se va a generar, con lo cual la sostenibilidad de estas inversiones dependerá de la capacidad de transportarla y distribuirla a los grandes centros de consumo.

Andalucía no es la única que puede desarrollar estas inversiones. El Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) marca un objetivo para 2030 de 50.000 MW de nueva generación renovable para toda España. Son proyectos que equivalen a 25 centrales nucleares. La integración de toda esa nueva capacidad de generación es un desafío enorme, no solo por la construcción de nuevas líneas y subestaciones, sino por la propia operación y gestión de la red. Por la gran cantidad de proyectos que hay en liza el peso de la comunidad autónoma en el conjunto de España será relevante; pero otras regiones también cuentan con proyectos importantes en número y tamaño. En el conjunto del país hay peticiones que suman 130.000 MW con acceso y conexión a red, y a corto plazo se materializarán aquellos en los que las condiciones les permitan un desarrollo más rápido. Esto indica que la región tendrá que trabajar intensamente para atraer esa inversión y desarrollar todo el potencial, pues de lo contrario lo harán otros.

El éxito de una buena gestión de esta gran oleada de proyectos debe ser la antesala de otra oleada: las inversiones en iniciativas de almacenamiento de energía, la extensión de redes de recarga de vehículos para electrificar el transporte o los proyectos de producción masiva de hidrógeno verde (en este último caso ya hay propuestas muy prometedoras para Andalucía). Es ahí donde deben entrar en juego los fondos del programa Next Generation EU para la recuperación de la economía. En los próximos tres años España podrá recibir transferencias de estos fondos por un importe máximo de 71.604 millones de euros. Los Presupuestos de 2021 ya incorporan 26.630 millones procedentes de las ayudas europeas (un 37,1% del total).

Pedro Zalva, director de Regulación de Deloitte, destaca que «la asignación de los fondos Next Generation de los Presupuestos de 2021 ofrece pistas sobre qué sectores tendrán más relevancia». Y el eje principal está puesto en la nueva generación verde. El Ministerio de Transición Ecológica concentra un 28% del total de recursos (6.805 millones) para 2021, que están enfocados en el despliegue de renovables, la promoción de redes eléctricas y el desarrollo de almacenamiento.

La generación renovable masiva —unida al despliegue de redes inteligentes y al avance en el autoconsumo en hogares e industrias— serán también tractores de esta transición energética.