Los e-mails que desmontan la teoría del chantaje al perdedor del concurso de la mina de Aznalcóllar
Emerita ha tenido una relación fluida y directa con los responsables de la política minera
Luis Montoto
Un intercambio de correos electrónicos entre el consejero delegado de Emerita, Joaquín Merino y el secretario general de Innovación de la Junta de Andalucía, Vicente Fernández , contradice frontalmente uno de los argumentos sobre la supuesta manipulación en el concurso para adjudicar ... la mina de Aznalcóllar . Según la versión de Merino y de su subordinado Ismael Rodríguez Barbero -los perdedores del concurso-, el 11 de abril de 2014 mantuvieron una reunión con Mario López Magdaleno , presidente de Magtel (que se hizo finalmente con la adjudicación como socio minoritario de Grupo México).
Se trata de un supuesto encuentro para estudiar una posible alianza para concurrir juntos al concurso minero, a pesar de que Magtel ya estaba asociada con una de las mayores compañías del sector en el mundo. Según los perdedores, para presionar en la negociación a su favor, López Magdaleno manifestó que tenía «la llave» del concurso minero y, como demostración de su relación privilegiada con la Junta de Andalucía, le anunció que en cinco minutos le llamaría alguien de la administración andaluza. A partir de ahí, Joaquín Merino afirma que en el tiempo estipulado le llamó el secretario general de Innovación, Vicente Fernández, interesándose por la negociación, lo que en teoría demostraría la relación privilegiada entre Magtel y la Junta a través de Fernández. Esta llamada, según Emerita, es una medida de presión dentro de una operación de chantaje. Así lo manifestó Joaquín Merino ante la juez de Instrucción número 3 de Sevilla que investiga el caso.
Lo que no ha contado Merino es que, como presidente de una de las dos empresas que optaba al concurso, tuvo en todo momento una comunicación fluida y directa con el propio Vicente Fernández, tanto en las semanas anteriores como en las posteriores a la supuesta reunión del 11 de abril.
18 de marzo
Un mes antes de la supuesta llamada para ejercer presión, el 18 de marzo de 2014, en un momento en el que parecía que el concurso minero podía zozobrar por la disputa de competencias entre el Gobierno central y el autonómico, Joaquín Merino escribe un e-mail a Vicente Fernández: «Buenos días Vicente, me gustaría agendar una reunión contigo y con gente de Forbes & Manhattan (accionista de Emerita)». Fernández responde ese mismo día: «Cuenta conmigo personalmente para desplegar la actividad que sea más oportuna para ofrecer la mayor tranquilidad a los directivos, accionistas y financiadores, incluido el desplazamiento in situ, si necesario fuera».
Esta buena disposición motivó que el empresario Joaquín Merino agradeciera la favorable actitud del secretario general de Innovación de la Junta hacia Emerita: «Gracias por tomarte el tiempo y tenernos informados, esto me ayuda enormemente a la hora de informar a mi gente (•••) Un abrazo y tienes nuestro apoyo cuando lo creáis oportuno».
2 de abril
A medida que se acerca el supuesto chantaje, las relaciones entre el perdedor del concurso Joaquín Merino y el secretario general de la Junta de Andalucía se hacen más cordiales . A principios de abril mantuvieron un largo encuentro personal para hablar del proyecto de Emerita en Aznalcóllar. El 2 de abril, Vicente Fernández escribe a Joaquín Merino: «Buenos días Joaquín, tan solo unas breves líneas para agradecerte la exposición que nos hicisteis el otro día; personalmente, me pareció que os estáis embarcando de forma muy seria en este proyecto y os agradezco muy sinceramente el interés y el trabajo que hasta ahora venís desplegando; no solo lo pienso, sino que también así lo he trasladado». Joaquín Merino le responde agradeciéndole las palabras.
17 de abril
En teoría, el 17 de abril han pasado ya seis días de la llamada de Vicente Fernández para hacer presión en una maniobra de chantaje. Sin embargo, el perdedor Joaquín Merino no parece ofendido con Vicente Fernández, ni siquiera distanciado. Al contrario, se expresa con más confianza que antes. El 17 de abril llama al móvil personal de Vicente Fernández, pero éste no le atiende porque está viajando por Brasil. Cuando Fernández ve la llamada perdida, escribe a Merino: «Estoy en Brasil y no he podido atender tu llamada; llámame o escríbeme cuando quieras, un abrazo, Vicente».
El presidente de Emérita le responde sobre la marcha: «Solo era para confirmarte que ayer presentamos nuestra documentación; gracias por atender la llamada y de igual forma me contactas por cualquier cosa; te aviso también qué gente de Forbes & Manhattan estará aquí después de Semana Santa, el objeto de la visita es evaluar sobre el terreno nuestras posibilidades, un abrazo». Es un tono muy cordial cuando, en teoría, según la versión de los perdedores, solo una semana antes Vicente Fernández había cooperado en una operación de chantaje .
24 de abril
Tal como ya habían hablado el 17 de abril, el 24 de abril Emerita pide una reunión del directivo canadiense David Gower con Vicente Fernández y la directora de minas María José Asensio para esa misma semana. Vicente Fernández autoriza la reunión en menos de 24 horas.
Y diez meses después...
Este era el tono de la relación que el presidente de la diminuta empresa minera Emerita y el secretario general de Innovación de la Junta mantuvieron tanto en las fechas inmediatamente anteriores como posteriores al de la supuesta reunión del chantaje (y la llamada de presión). Cuando transcurren diez meses de estos hechos, Emerita pierde el concurso y solo entonces decide denunciar judicialmente aquella supuesta maniobra.
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