Úrsula López: «Ser directora del Ballet Flamenco de Andalucía fue hacer un máster a pulso»

—'Comedia sin título' ¿es una obra deseada?

—Esta obra es una continuación del 'Maleficio de la mariposa'. Es un proyecto que se me encargó como directora del Ballet Flamenco de Andalucía y se quedó hecho. Cuando salí del Ballet se me dio la oportunidad de hacerlo con mi compañía y aquí está. 'Comedia sin título' es la última obra de Federico y que no terminó. Hacemos un recorrido desde donde lo dejamos en el 'Maleficio'. Comenzamos en la muerte de Federico y hacemos un viaje por la danza y el flamenco en particular, durante los cuarenta años de dictadura, unos años que para mí son la edad de oro del flamenco, y curiosamente donde las mujeres fueron protagonistas. En este espectáculo, sin embargo, son los hombres los protagonistas, porque hay nombres que sentaron bases, como Antonio y Vicente Escudero, con dos escuelas muy diferentes, y de ahí se nutren todos. Pasamos también por el flamenco del exilio, por contemporáneos como José Limón, el maestro Enrique el Cojo. Hicimos un trabajo de documentación enorme y hemos rescatado una serie de coreografías que hemos puesto en valor.

—¿Hay bailarines de la antigua compañía institucional?

—Sí, algunos se han venido conmigo. Son bailarines muy experimentados. Alguno que otro viene del Ballet Nacional de España. Es un cuerpo de baile excepcional, incluso algunos de ellos ya hacen sus propios proyectos. Son gente muy versátil y con capacidad de hacer cosas diferentes.

—¿Ha sido una vuelta dolorosa por dejar la dirección del ballet institucional con proyectos que no le permitieron llevar a cabo?

—Pues sí, ha sido doloroso, y no es porque me tuviera que ir, porque tenía que terminar, eso está claro, pero fallaron las formas y se pueden hacer las cosas sin dañar a las personas. Y no es la primera vez que esto pasa en el ballet, porque yo he sido bailarina de la compañía y lo sé. A veces el trato a los artistas no es el correcto. Somos personas que hacemos una labor importante, y le damos un valor al ballet increíble, porque es muy importante para Andalucía, y para mí no hay un ballet como el Ballet Flamenco de Andalucía, es único en el mundo y hay que cuidarlo mucho.

—Al hilo de cómo se produjo el relevo en el ballet, ¿temió por la desaparición de la compañía institucional?

—A mi alrededor todo el mundo me decía que iba a desaparecer, pero yo me aferré a que no. Hubieran sido muy torpes si hubieran hecho desaparecer el ballet. Esto lo he escuchado muchas veces, y ha sobrevivido. Yo espero que sobreviva siempre y que nunca más se ponga en tela de juicio su continuidad. Que no duden. Me encantaría que se apoyara muchísimo más.

—¿Qué tal ha sido la vuelta a las trincheras?

— Muy duro, los artistas y las compañías privadas lo tenemos muy difícil. Yo ya estuve muchos años en las trincheras y creo que los artistas necesitamos muchísimo apoyo, porque la 'cosa está muy corta' y hay que apoyarnos. Son pocas las líneas de ayudas que se sacan para la cantidad de artistas que estamos ahí. Debería haber más apoyo al flamenco.

—¿Ha sido traumática su marcha? ¿Ha necesitado un tiempo de recuperación para esta nueva etapa?

—No, no he necesitado tiempo de recuperación. Cuando supe que me tenía que ir, me puse rápidamente a organizarme de nuevo. No puedo estar parada. Tengo una familia, soy madre de dos hijas, y tengo que trabajar, debo seguir, lo tenía clarísimo, y ahí estoy. Además, tengo una escuela que tengo que atender.

—A pesar de todo y a pesar del final, ¿la experiencia ha sido buena?

—Yo hice un máster a pulso en el Ballet Flamenco de Andalucía. Me ha tocado una época muy difícil, me tragué toda la pandemia. Hicimos lo imposible y fuimos la compañía que más trabajamos de España en medio de todas las complicaciones. Hice seis producciones en mi etapa del ballet, que no ha llegado a cinco años. Ha sido la experiencia más bonita de mi vida, con diferencia. He descubierto lo importante que es trabajar para unos chavales con muchas ganas de bailar y con esa energía. Sobre todo porque yo estuve también en su lugar. Además, en los años que he estado he tenido la oportunidad de tener tres elencos, y ahora muchos están bailando solos, y para eso también está el ballet, para impulsar a jóvenes talentos.

—¿Qué consejo le daría a la nueva directora del Ballet Flamenco de Andalucía, Patricia Guerrero?

—Creo que le diría que lo disfrute, porque seguramente habrá cosas buenas y otras menos buenas, pero es un momento único que te pasa una vez, y debe disfrutar de su dirección y hacer lo que quiere hacer, poner sus ideas contra viento y marea. Que luche. A mí me gustaría que la dirección fuera más años, porque en tres años no da tiempo a desarrollar un proyecto. Sé que lo hará genial porque tiene mucho talento. Le deseo lo mejor.