José Mercé: «La Bienal ya no trae a los mejores artistas porque no pagan lo que tienen que pagar»

«Hay un montón de chavales que me para por la calle todos los días, es algo que no me pasaba antes, y eso es muy importante», esboza con orgullo. A sus 67 años y con veinte discos en el mercado , José Mercé es el mayor referente del flamenco actual, el cantaor más escuchado de la historia de plataformas como Spotify, donde acumula más de un millón de escuchas mensuales . Para hacerse una idea: entre tres pesos pesados del flamenco contemporáneo, como Miguel Poveda (450.000), Estrella Morente (403.000) y Arcángel (157.000) no alcanzan a sumar la cifra del gigante del jerezano barrio de Santiago.

José es de la vieja escuela y cuando se le desglosan las cifras pone cara de sorpresa, como si le hablaran en chino. « ¿Espotiqué? ¡Madre mía! Me voy a poner muy ancho, eh. ¿Y eso dónde lo ves tú, macho? No tengo ni idea de lo que me estás contando. ¿Y por eso no me dan nada? ¿Y eso por dónde se cobra? Me tengo que informar sobre eso, ¡gracias!».

El ganador de la Medalla de Andalucía en 2010 y nominado a los Grammy Latino hasta en seis ocasiones entra en caja y encuentra una explicación: «Yo he hecho muchas cosas por las nuevas generaciones: 'Del amanecer', 'Aire', 'Lío' , todos esos discos han hecho que mucha gente joven que no había escuchado flamenco en su vida se interesara por este arte, ahí tenemos que incluir la versión que hice de 'Al alba' , la canción de Luis Eduardo Aute, y, por supuesto, este 'Oripandó', que es una obra de arte».

El jerezano está convencido de que 'El Oripandó' contaría con el beneplácito de artistas como Camarón, El Lebrijano o Enrique Morente , leyendas del flamenco que en su momento apostaron por la vanguardia y salieron laureados y victoriosos del arriesgado envite: «Este disco marca un antes y un después en mi carrera y además va a trazar una línea en el flamenco para que los jóvenes puedan tenerla de referencia, por eso estoy seguro de que les gustaría y lo disfrutarían, porque entenderían que es un trabajo muy interesante y que va a servir muchísimo a las nuevas generaciones. No sé si los jóvenes lo van a entender ahora o cuando pasen tres años, pero tengo clarísimo que va a marcar una tendencia».

Aunque previamente ha hecho Roquetas de Mar y Cartagena para «placearlo», como él mismo reconoce, el auténtico estreno de 'El Oripandó' tiene lugar este viernes en el Teatro de la Maestranza de Sevilla : «Estoy loco por estrenarlo ya en directo, por ver la reacción del público, que es la que realmente me importa», comenta mientras le brillan los ojos como a un ilusionado debutante. Después vendrá el Teatro Real de Madrid, el Palau de la Música de Barcelona o el Starlite de Marbella.

A la hora de hablar del disco, José Mercé se deshace en elogios hacia Antonio Orozco , pieza clave del proyecto: «Le confesé que llevaba tiempo pensando que él era la única persona que podía plasmar las cosas que yo quería contar sobre mi vida en este disco, autobiográfico de cabo a rabo». ¿Por qué? «Porque tiene una sensibilidad, una forma de ser y de expresarse muy profunda; aunque sea un cantante de pop, para mí Orozco es flamenco, porque tiene un modo de cantar que a mí me llega muy adentro. A la vista está de que no me equivocaba, ha salido algo que perdurará en el tiempo».

No va de farol este abanderado del cante jondo. Confiesa que ha llorado y sufrido grabando 'El Oripandó'. Abrirse en canal tiene ese peaje emocional , pero el resultado es sensibilidad pura, ocho canciones que rezuman vida por los poros. Un inspirado Antonio Orozco pone letra y labores de producción al servicio de las resonancias de la privilegiada garganta de José Mercé, esa fragua en la que la que, en esta ocasión, funde con su dúctil voz de bronce un martinete a flor de piel lleno de verdad o una desgarrada bulería por soleá dedicada a su hijo fallecido, y que luce igual de incontenible cuando se rompe con jondura y suena a bordón herido de guitarra vieja, que cuando salta al vacío de la vanguardia para atreverse con un rap aflamencado acompañado de los ágiles fraseos de la Mala Rodríguez sobre una base de palmas y electrónica.

El intérprete de 'Confí de fuá' defiende la flamencura de este nuevo trabajo, al que bien podría entenderse como un disco de flamenco con influencias poperas e, incluso, rockeras, o un LP de pop con reminiscencias flamencas. «El disco hay que analizarlo y escucharlo con detenimiento. Hay que percatarse, por ejemplo, que desde que empieza hasta que acaba todos los temas incluyen palos flamencos , aunque parezca pop o rock. Todo tiene un sentido».

Sea como fuere, José tiene clarísimo que estos ocho temas pueden interpretarse en directo en el círculo del flamenco más puro. «Puedo presentarlas perfectamente en la Bienal con una guitarra y dos palmeros, seguro que gustaría. El problema es que la Bienal ya no trae a los cantaores más grandes que hay. Hace mucho que no vengo a la Bienal –la última vez fue en 2016, cuando clausuró con un gran espectáculo en el Maestranza acompañado de Tomatito y Pepe Habichuela – porque no pagan lo que tienen que pagar a las figuras del cante, el baile y el toque. Que los paguen y los traigan, así de claro».

Precisamente sobre el flamenco actual, el cantaor gaditano tiene su propia teoría, un poco en clave de humor y otro poco más en serio: «Hay gente nueva muy preparada, lo que siempre digo es que no sé si es por las comidas de ahora, por la capa de ozono o por qué será (risas), pero no salen ecos rancios, ecos que duelan, que hieran, que rompan. Aunque se están haciendo cosas muy buenas, ahora mismo observo que existe una ausencia de transmisión , y si en el flamenco no se transmite…».