Vecinos de Sevilla Este atrapados por la Cumbre de la ONU: «Tengo que llevar a mi madre al médico y no tengo ni idea de por dónde voy a salir»

El fuerte dispositivo de seguridad en los alrededores de Fibes, con tanquetas incluidas, y el corte de hasta 300 calles ha afectado de lleno a una de las zonas más pobladas de la ciudad, cuyos habitantes miran con cierto recelo, asombro e indignación a que un evento de este calado tenga que ser precisamente a pocos metros de sus viviendas.

Una vecina que entraba en ese momento en su casa justo enfrente del recinto de congresos señalaba a ABC: «Esto es demasiado, muy exagerado, ya parece que ha llegado la guerra. Lo bueno es que me han limpiado la fachada porque había pintadas y ahora ya no las tengo, pero esto no es normal».

En cuanto a la movilidad, la gran mayoría de residentes señalaban las dificultades para entrar y salir de Sevilla Este desde bien temprano. La llegada a los diferentes trabajos se hacía bastante complicada, así como intentar coger un autobús de Tussam especialmente cerca del Palacio de Congresos y Exposiciones, con lo cual la Avenida Alcalde Luis Uruñuela se convertía en una vía de paso a pie para muchos de sus residentes que a falta de transporte urbano se arrancaban a caminar unos veinte minutos hasta salir de la zona cortada para coger un taxi o a alguna parada que les dejase cerca de sus destinos laborales.

«Tussam debería haber puesto ya una referencia para las personas que trabajan fuera de Sevilla Este, mi hijo no ha podido salir en autobús a su hora y ha tenido que irse en Cercanías como ha podido», señala una vecina a ABC. «Me dice que miró la aplicación y no ponían nada y una señora le dijo que el primer autobús que entra pasa a las 09.30 horas y el que trabaje a las 08.00 horas qué hace. Y lleva más de media hora en la parada. Me parece muy bien la cumbre, pero que se organice todo en condiciones, no solamente 3.000 policías y controles y no cojas el coche y vete para acá o vete para allá», resalta.

Otra residente del barrio cuenta el malestar que le está suponiendo a nivel personal no solo en lo relativo al tráfico. «Los vecinos estamos un poco agobiados, esto es una ratonera, no tenemos vía de salida ni vías de entrada, es decir, está colapsado completamente. Yo ahora dentro de un rato tengo que llevar a mi madre al médico y no tengo ni idea de por dónde voy a salir, o sea que tendremos que salir dos o tres horas antes, con lo cual esto nos está afectando muchísimo a todos los niveles, más el tráfico, yo tengo que ir a mi despacho que lo tengo hacia allí (cerca de Fibes), con lo cual no sé si me van a dejar pasar o no. La mitad de las personas tenemos que ir andando, no podemos ir en vehículo, no hay tampoco transportes públicos, con lo cual esto de la ONU lo tenían que haber hecho en otro sitio, en otra capital un poquito más grande y no aquí en Sevilla con estos calores que estarán pasando, además, toda la gente que viene de fuera, con lo cual bueno estamos muy muy amargados. Esto va a ser una reunión muy importante, esto va a ser histórico, pero a nosotros la verdad es que nos afecta a nivel personal, que lo hubieran hecho en otro sitio».

Una de las paradas de Tussam a unos metros de Fibes, donde el acceso permanece cortado, se encontraba llena de personas con cierto desconcierto y desazón. Una trabajadora en el sector de la limpieza llevaba varias horas esperando un autobús. «Llevo desde las siete de la mañana esperando un 27 que no aparece, que no dan información ninguna, Tussam no se hace cargo tampoco, los cortes igual, la Policía tanto Nacional como Local no dicen nada, y aquí estamos tomando el solecito un rato y gratis». «Los autobuses gratis están muy bien, yo ya he cogido unos cuantos, para amortizarlos». «No puedo teletrabajar porque soy limpiadora, entonces es imposible, por lo tanto, aparte de que si quiero ir tengo que andar hasta los Arcos 30 minutos, si después si ya te quedan fuerzas te pones a limpiar».

La Cumbre de la ONU es la comidilla en Sevilla Este. Su trajín de vehículos, autobuses privados, líneas exprés reservadas para la organización sumado a los cortes de tráfico y la prohibición de aparcamientos es lo más comentado a la hora del desayuno y durante la compra en la frutería o la panadería del barrio.

«Es el comentario del día», decía un camarero del Bar La Esquinita, en la calle Cueva de Menga, muy próxima a Fibes. «Nuestra clientela no ha cambiado hoy, pero es de lo que se habla, de la gente no llegando a los trabajos, perdiendo citas médicas, reuniones...». «A nosotros nos va a afectar poco porque después del desayuno nos vamos de vacaciones», contaban.

En el bar 'Quedamos?' la cosa estaba tranquila a pesar de tener policías y tanquetas a cinco metros, aunque la dueña reconocía a ABC que habían tardado varias horas en llegar al bar para abrirlo. Igualmente, para la frutera había sido una odisea que su marido pudiera entrar con la furgoneta desde Mercasevilla.

Las terrazas estaban llenas y la mayoría contaba lo que veía a su alrededor, especialmente el tráfico imposible y la falta de información por parte del Ayuntamiento de la ciudad así como el blindaje al que van a estar sometidos hasta el jueves.