«El sistema colonial necesitaba al indio para trabajar y tributar»

—En el diario de Colón hay registrado un suceso premonitorio. Un indio taino coge una espada afilada y se hace sangre…

—Ese suceso puede mostrarnos el gran desconocimiento que ambas culturas poseían la una de la otra. Colón describe cómo la mayor parte de estos poblados los reciben con areitos y buena voluntad. No podrían suponer lo que vendría después.

—En cualquier caso, aquel encuentro y descubrimiento mutuo, se hizo en condiciones muy poco favorables para poblaciones que vivían en el neolítico casi.

—No solo por su conocimiento de la tecnología. No conocían el hierro. Pero no podían contrarrestar todo el aparato conquistador, con la llegada de nuevas flotas y tropas.

—En no más de cincuenta años tras aquel encuentro, los tainos desaparecieron, tras un choque cultural severo. ¿Por qué no se produjo con las culturas mesoamericanas y andinas?

—Es difícil resumirlo. Pero hay dos motivos fundamentales: las culturas andinas y mesoamericanas tenían un sistema de organización político muy diferente y el encuentro europeo se produce cuando la Corona se ha preocupado por el impacto demográfico. Los tainos tuvieron la mala suerte de ser los primeros.

—La desaparición de los tainos propicia la llegada de esclavos negros. Y se va a producir lo que hoy se lee en la plaza de México DF: «no fue ni victoria ni derrota sino el doloroso parto de lo que es México hoy». En este caso el Caribe actual ¿O hay matices?

—Sí, es el nacimiento doloroso de una nueva sociedad colonial multiétnica y multicultural. Es la base del Caribe contemporáneo.

—En cualquier caso, el derrumbe demográfico autóctono ¿fue buscado o consecuencia de?

—Nunca fue buscado. Era la mano de obra que necesitaba el sistema colonial. Fue consecuencia de.

—¿Hay similitudes entre las tribus remotas del Amazonas y la industria maderera internacional?

—Algunas sí. En cuanto que supone un choque con su mundo, enfermedades y extinción de recursos que acaban con su forma de vida.

—En algunas cartas de colonos se recoge la resistencia indígena.

—Hubo distintas formas de resistencia indígena. Las rebeliones internas de los tainos, a través de sus caciques, pero también los ataques de los indios caribes a las haciendas, ciudades y secuestrando tainos, españoles y africanos.

—¿Fue así como se estableció la distinción entre indios buenos e indios malos?

—Sí, desde el primer momento, los indios sometidos, los aptos para repartirse para trabajar, fueron considerados buenos. Los que se rebelaban fueron considerados indios de guerra y, por tanto, se podían esclavizar.

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—Henry Sheridan, comandante en jefe del ejército norteamericano, hizo célebre esta frase: el mejor indio es el indio muerto…

—Casa muy bien con la política indigenista anglosajona de expansión territorial en América del Norte. Pero no con la hispana que necesitaba a los indígenas para trabajar y tributar.

—Hay otra frase del cacique Hatuey sobre los colonos: si en el cielo hay españoles prefiero ir al infierno.

—Resume muy bien el sentimiento de la población antillana tras la primera etapa de la colonización. Algunos cronistas describen prácticas suicidas, abortivas, infanticidas y desgana vital.

—Ni con la colonia ni con la república se solucionó el indigenismo. ¿Por qué?

—Durante la república se trató de eliminar las diferencias políticas entre indios y el resto de la población. Pero se olvidó la protección cultural, lingüística, costumbres, medioambiente y formas de vida.

—La veo un poquito lacasiana, muy utópica…

—(Risas) Es un problema complejo. Pero el reto es necesario. Hay que integrar esas sociedades respetándolas.