entrevista

Manuel García León: «Sevilla es una potencia en física nuclear y nuestro Centro de Aceleradores es único en España»

Este catedrático de Física Nuclear y exdirector del CNA cree que «no valoramos lo que tenemos en ciencia», aunque reconoce que hay que invertir más en innovación y recuperar a los investigadores que se fueron al extranjero

«No se puede prescindir de la energía nuclear en España porque hoy no hay alternativa»

«Los científicos podemos meter la pata pero no la mano»

Manuel García León en el Centro Nacional de Aceleradores, situado en la Isla de la Cartuja Manuel gómez

El físico nuclear Manuel García León es el último Premio Fama en el apartado de Ciencias de la Universidad de Sevilla. Reconocido por sus investigaciones en el campo de la Física Nuclear Experimental y Aplicada, este científico sevillano es un experto de prestigio internacional en ... espectrometría de masas con aceleradores y su aplicación a la determinación de radionucleidos en el medio ambiente. Investigador invitado en universidades e instituciones de investigación como Lund, Uppsala, Helsinki, Viena, ETH/PSI Zürich o NIRS Japón, García León es responsable del grupo de investigación de Física Nuclear Aplicada de la Universidad de Sevilla y autor de unas doscientas publicaciones científicas internacionales. Ha sido decano de la Facultad de Física y, director del Centro Nacional de Aceleradores (CNA), además de vicerrector de Investigación de la Universidad de Sevilla

-¿Cuántas aplicaciones tiene la física nuclear?

-Muchas. Desde que se empezó a estudiar el núcleo, se vio en unos primeros estudios la posibilidad de aplicar los conocimientos que se iban adquiriendo. La medicina es una aplicación paradigmática tanto en el radiodiagnóstico como en la radioterapia. También se aplica en arqueología para el fechado de muestras y en el análisis de materiales de interés arqueológico. Hay otras aplicaciones en estudios geológicos, medio ambiente, aplicaciones industriales, estudios de control de calidad de productos y espesores y humedades en suelos. También se aplica en la fitoremediación, el control de plagas y la conservación de alimentos, además de en ganadería para medir los metabolismos animales con el uso de distintos radioisótopos. También existen aplicaciones hidrogeológicas para el análisis de las corrientes de agua marina y de río. Y evidentemente otra aplicación fundamental es la energía, tanto la de fisión como de fusión nuclear.

-¿Se ha avanzado mucho en las aplicaciones médicas?

-Sí. Son históricas las fotos de las radiografías al principio de esta disciplina. Lo aceleradores son un instrumento de radioterapia potentísimo, con radiación electromagnética, pero lo último es el uso de aceleradores de partículas y, especialmente, protones e iones de carbono para la terapia de cánceres. Especialmente en cánceres pediátricos en los que el blanco es muy pequeñito y es muy importante lanzar el haz de partículas muy localizadamente para dañar lo mínimo posible los alrededores de la zona que contiene el cáncer.

-La protonterapia se están aplicando ya en muchos hospitales españoles.

-El acelerador y el concepto y la partícula son elementos que se conocen y se sabe de qué manera pueden ayudar a la curación y a mejorar la calidad de vida de las personas con cáncer. Permite, por así decirlo, que el disparo que uno hace dé en la diana, más precisamente que otras terapias convencionales, que depositan la energía que tienen y con eso queman, por así decirlo, el tumor, pero de una manera mucho más dispersa. Las terapias de protones son más precisas y eso hace que sean en principio más exitosas, menos largas y que el paciente tenga mayor probabilidad de cura en menos tiempo.

-La Fundación Amancio Ortega la está introduciendo en muchos centros sanitarios.

Sí, efectivamente. Su uso es rutinario ya en muchos sitios de Europa y a día de hoy se está implementando en España. Yo creo que debería apostarse claramente sobre ese tema. Hubo un proyecto para hacer eso en Sevilla, en el Centro Nacional de Aceleradores, que no prosperó, un proyecto para construir un acelerador que sirviera para hacer terapia con protones, y que a la vez sirviera también para hacer investigación. Hay que darse cuenta de que este tipo de técnicas son complejas, no son técnicas que se puedan aplicar, por así decirlo, dándole un botoncito, sino que hay que saber bien lo que se está haciendo e investigando continuamente.

-¿El Centro Nacional de Aceleradores, situado en la isla de la Cartuja, del que usted fue director, es el más puntero de España?

-Fue el primer centro en España donde hubo un acelerador para investigar porque aceleradores de uso médico había en España, pero para investigación en física nuclear. Y éste fue el primer centro que tuvo un acelerador. Al principio servía para hacer aplicaciones de física nuclear, análisis de materiales y, poco a poco, se ha ido también utilizando para hacer reacciones nucleares de baja energía de aplicación a estudios en astrofísica nuclear. En 2006 se introdujo la técnica de espectrometría de masas con aceleradores, a la que tuve el honor de contribuir en mi época de director, y ése fue el segundo acelerador. Es un acelerador que permite hacer análisis en muestras de tipo ambiental de tipo geológicas con unos niveles de precisión extraordinariamente altos. Después se ha adquirido otro acelerador, específicamente dedicado a la datación por carbono 14. Y también tenemos un ciclotrón que permite, aparte de la investigación den reacciones nucleares con protones, la producción de radiofármacos que se distribuyen a las redes públicas de sanidad para hacer estudios de radiodiagnóstico. Este centro contiene hoy día cuatro aceleradores y eso es único en España. El CNA concita el interés de muchos usuarios, tanto a nivel nacional como internacional.

-¿Sevilla es una potencia, pues, en este campo?

-Sí, es una potencia con el Centro Nacional de Aceleradores. Y también es una potencia con el departamento al que pertenezco, el Departamento de Física Atómica, Molecular y Nuclear de la Facultad de Física, donde hay científicos muy reconocidos en todos los ámbitos, tanto experimentales como teóricos y aplicados. En fin, yo creo que no somos conscientes de lo que tenemos en Sevilla.

-¿No valoramos lo que tenemos?

-No como se debe. Estamos muy pendientes de muchas cosas, pero hay otras que las dejamos al lado y aquí hay cosas muy importantes. Somos espejos donde mucha gente se mira para aprender y eso hay que decirlo. La investigación y la innovación son elementos estratégicos en las sociedades. Son claves. Y hay que saber que la ciudad en la que uno vive hay focos excelentes de investigación e innovación. Es importante no quedarnos solamente en nuestra historia, en nuestras tradiciones, también en lo que apunta al futuro. Y la innovación y la investigación es lo que hace que una sociedad se desarrolle. Siempre digo que tener una sociedad fuerte en investigación e innovación, es una sociedad que está apostando por el futuro, por el músculo económico, por las libertades, por la cultura.

-Sin embargo, España está muy por debajo de la media europea de inversión en investigación.

-España está alrededor del 1,5% del PIB, que está efectivamente lejos de la media europea, que es de dos y pico. El objetivo para 2027 es alcanzar el 2,2%. Pero el aumento desde 2016 hasta ahora ha sido espectacular. Uno siempre tiene que pedir mucho más. También estamos por debajo de otro indicador importante: la apuesta del sector privado por la investigación. Del porcentaje que Europa destina a la investigación, el 60 por ciento proviene del sector privado y aquí andamos por el 48%. Eso es también algo que tenemos que impulsar aprovechando las palancas públicas. El sector privado tiene que apostar también por la investigación porque eso a la larga es negocio para las empresas..

-¿Cuál es la razón de que las empresas españolas inviertan mucho menos en investigación que las del resto de Europa?

-Hay compañías importantes que son también tractores internacionalmente en investigación. Pero las pequeñas y medianas empresas no ven aún esto, pero es algo en lo que se está avanzando mucho. Tenemos que cerrar esa brecha con el resto de Europa. Y la comunidad científica debe transmitir que no nos podemos quedar así. Hay que seguir peleando.

-Usted fue vicerrector de investigación de la Universidad de Sevilla y tiene una visión global en este campo. ¿En qué destacamos, además de la física nuclear y los aceleradores?

-En biomedicina y en el ámbito técnico-tecnológico, la Universidad de Sevilla es muy importante y en el ámbito de las humanidades es una estrella que brilla también.

-¿En robótica y drones civiles no somos punteros con Aníbal Ollero?

-Sí, lo somos. Su grupo es muy potente y con él tengo una buena relación. Aníbal es una persona extraordinariamente importante y tuve la oportunidad en su momento de estar en Bruselas presentando sus trabajos. Somos una potencia en este campo y la Universidad de Sevilla es una potencia en muchos aspectos.

-Sin embargo, muchos investigadores formados en nuestras universidades no pueden ejercer su labor en España. Se van fuera a formarse y luego no pueden volver.

-Evidentemente España ha estado exportando talento desde el principio de los tiempos. Talento muy sólidamente formado. Hoy día hay muchos programas de reincorporación, muchos más de los que había en su momento. Es fundamental que los doctores se formen en estancias posdoctorales en otros sitios y que nuestro país ofrezca vías de reincorporación. No automáticas, porque en la ciencia no se da el automatismo, pero sí muchas oportunidades. De hecho, junto con el problema de la financiación, para mí el problema de las personas es lo fundamental. El talento hay que recuperarlo y pronto. Hay que ofrecer buenas condiciones y una carrera en la que nuestros investigadores vean que hay oportunidades, que hay oportunidad de vuelta, que merece la pena el sacrificio de dedicarse a la ciencia. Con esto no se gana ni dinero ni prestigio pero hacer lo que te gusta es algo fundamental.

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